Cuando el lenguaje es dardo de luz

Celso castro, de quien el lector inquieto ya conoce el afinador de habitaciones, primera parte de su trilogía de «relatos del yo», es sin exageración y sin mayúsculas iniciales un maestro en el manejo del registro narrativo en primera persona y el diálogo. La suya es una compleja naturalidad, realista y lírica, que nace de un concienzudo trabajo para tensar al límite el lenguaje y liberarlo. Así armado, Castro da vida a crónicas rebeldes que divierten, esclarecen y piden más.

Y Gulliver se hizo nipón

Una divertida y profunda sátira de la sociedad japonesa del primer tercio del siglo XX es lo que se encontrará quien se interne en esta especie de Viajes de Gulliver nipones. Los «kappa» que dan título al volumen son personajes mitológicos, con su punto de mala leche y un aspecto a medio camino entre los patos y las tortugas. Akutagawa (1892-1927) es uno de los clásicos japoneses de todos los tiempos y de su pluma salió el Rashomon que Kurosawa llevó al cine.

La India tejida con hilos de asombro

Uno puede acercarse a Mis santas tías por varias razones. Por ejemplo, porque es una colección de relatos que describe con viveza la sociedad india de mediados del siglo XX. O también porque le gusten las historias en las que la realidad se teje con el hilo mágico del asombro y que cuanto más sorprendentes parecen más reales se vuelven. O incluso porque aprecie a los autores que, como la india Bulbul Sharma (Delhi, 1952), narran como si encantaran sueños.

Reflejos de una ilustre cofradía

Los hermanos de san Serapión fue la obra más curiosa salida de la pluma del romántico alemán E.T.A. Hoffmann. Se trata de cuatro volúmenes, rara vez publicados en su integridad, en los que se recogen las discusiones sobre literatura de la insigne tertulia literaria del mismo nombre. Los contertulios solían ilustrar sus disquisiciones con historias como Vampirismo, que, antes que Le Fanu y antes que Gautier, desarrolla el motivo literario de la mujer vampiro.