La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) inicia un curso clave de cara al futuro de la que es la más importante formación sinfónica regional. A lo largo de esta temporada se procederá a la elección de un nuevo titular, hecho este que marcará el devenir de la misma y que debe ofrecer la oportunidad necesaria para que la orquesta siga hacia arriba en lo que a calidad artística se refiere. La OSPA se ha ganado, por derecho propio, un hueco importante en el panorama orquestal español. La seriedad del trabajo realizado ha servido para que se convierta en uno de los grandes embajadores culturales de Asturias. Así lo demostró en exitosas giras en Iberoamérica o China. El próximo mes de noviembre realizará un concierto en el Vaticano. Será la primera orquesta sinfónica española que lo haga, con lo cual la cita aún adquiere más relieve.

La consolidación de un nuevo titular es un hecho de enorme trascendencia y las autoridades han de ser conscientes en todo momento de que, en este ámbito, se debe realizar un esfuerzo para que la orquesta de un salto adelante. No se puede escatimar en la presencia de un maestro que tendrá la responsabilidad de no sólo afianzar el prestigio de la orquesta sino de acrecentarlo. En este caso bajo ningún concepto se puede ir para atrás. Es imprescindible tener la voluntad de contar con un maestro que suba el nivel. A medio y largo plazo será la opción más rentable para el prestigio cultural de Asturias.

La temporada que se inicia el viernes en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, sede de la orquesta, tendrá múltiples puntos de interés con maestros invitados de prestigio internacional y solistas de relieve. El fantástico pianista, y tan querido por el público ovetense, Joaquín Achúcarro abrirá fuego con Jayce Ogren a la batuta y, posteriormente, trabajaran con la orquesta directores de la talla de Yves Abel, Benjamín Bayl, Manuel Hernández Silva, Rossen Milanov, Kynan Johns, Antoni Ros-Marbà, Howard Griffiths, Rossen Gergov, Perry So, Oliver Díaz o David Lockington. Unos se estarán en la temporada de abono, otros en proyectos específicos o en la programación infantil que la orquesta viene cuidando especialmente en los últimos años. Entre los solistas invitados, que actuarán por las diferentes localidades en las que la orquesta desarrolla sus actividades, figuran miembros de la propia orquesta -algo que se ha convertido en tradición-, y violinistas como Veronika Erbele, Dylana Johnson, Patricia Kopatchinskaja o Lisa Batiashvilli, los violonchelistas Truls Mork, Asier Polo, José Franch-Ballester (clarinetista), Eldar Nebolsin o Cristina Ortiz (pianistas), los cantantes Amanda Roocroft, Gerald Finley, Nuria Rial o David Menéndez y el coro de la Fundación Príncipe de Asturias. El repertorio a interpretar por la OSPA es espectacular con una gran variedad, haciendo hincapié en el gran legado sinfónico del siglo XX y también con atención para la creación contemporánea. Todo un aliciente para una temporada decisiva en la que, sin duda, los focos estarán puestos sobre la orquesta regional, un proyecto cultural de entidad que basa su prestigio en la seriedad del trabajo realizado con calma y el tiempo necesario para que los procesos culturales maduren. Frente a los fuegos de artificio que tanto gustan en Asturias y que tienen dotaciones presupuestarias muy generosas, la OSPA demuestra cómo en el Principado se puede tener una institución de primer nivel cuyo objetivo principal está al servicio de toda la ciudadanía y no del interés particular de determinados grupúsculos.