«The Elements», la exposición que el avilesino José Ferrero Villares presenta en el Centro Cultural de Extensión Universitaria, en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo, exige al visitante más que el mero placer de acercarse a la fotografía y disfrutar de ella. «Son imágenes difíciles», reconoce Ferrero. Algunas fotografías llaman la atención por su aparente vacío, que incluso inquieta. Pero todo es enfrentarse a ellas.

Es la apuesta artística más reciente de un fotógrafo que hacía nueve años que no exponía en Asturias, desmotivado a veces -reconoce- por un ambiente que no es lo más energético del mundo.

Los elementos a los que se alude en el título son los básicos de la naturaleza, aunque las más de dos docenas de fotografías que componen la muestra los utilicen más como coartada que como protagonistas absolutos. El que busque fotos espectaculares, puede quedarse en casa. Huir de la espectacularidad para centrarse, y mirar desde una distancia tranquilizadora, en elementos «insignificantes» y cotidianos.

«The Elements» ya fue expuesta en Madrid. A José Ferrero colgar sus fotografías le permite -dice- traspasar el umbral del autor para convertirse a la vez en espectador. Y ese espectador ocasional de su propia obra contempla lugares que pueden ser cualquier lugar, ahonda «en el concepto de no lugar» que en el fondo vale para todos los lugares del mundo donde se pose una mirada y muchas ganas por atrapar un instante.

Blanco, mucho blanco, y negro que no deja de ser la percepción imperfecta del mundo de grises. Y aire, mucho aire, que se visualiza como un pequeño milagro, sin que intervenga el tacto ni el olor, como si se tratara de una transmutación de sentidos.

En «Los Elementos» está José Ferrero, lejos de dar carpetazo a una idea que aún va a dar mucho más de sí. Tener de modelo a la naturaleza tiene esas ventajas; modelo que nunca se seca, que siempre sorprende. Así que, tal y como se señala en el tríptico de la exposición «se trata de un proyecto vivo, en pleno desarrollo. Utilizando una expresión habitual en el mundo del cine (fotografía al fin y al cabo), un work in progress». Y para que el visitante sepa de dónde se viene, Ferrero ha colgado algunas fotografías de su serie anterior, «Colección Permanente»: fotos más llenas, entornos más fácilmente reconocibles.

Porque en «The Elements», dijo José Ferrero el pasado martes en el acto de presentación de la muestra «las imágenes en sí mismas no tienen traducción literal». Es la «sensibilidad desprovista de materia». Y en lo inmaterial está la mayor dificultad, para el que intenta plasmarla (paradoja) como para quien intenta entenderla (reto inevitable, cuando no craso error).

Ferrero se acerca ya -peligrosamente- a los 25 años desde su primera exposición individual, en 1988. Desde entonces, mucha presencia y una veintena de colecciones que guardan sus trabajos. Este último tendrá catálogo (nunca llegan a tiempo los catálogos). El vicerrector de Extensión Universitaria, Vicente Domínguez, reivindicaba en el acto inaugural la vocación universitaria de la «cultura de barricada y trinchera» para demostrar que «para hacer cosas buenas no hace falta partir de un presupuesto de cien mil euros».

La exposición estará abierta hasta el 31 de marzo, de 11 a 14 horas y de 17 a 20.30, de lunes a viernes. Los sábados, de 10 a 13.