«Los mismos acontecimientos históricos han marcado el destino de nuestras vidas que, sin embargo, han seguido caminos diametralmente opuestos», nos dice Núria Quevedo Teixidó (Barcelona, 1938) sobre su relación con Mercedes Álvarez Moreno (Gijón, 1935). En este libro, que es una larga conversación -muchas conversaciones, en realidad-, dos niñas de la guerra desgranan en la madurez el impacto que ésta tuvo en sus vidas: Mercedes, hija del dirigente comunista asturiano Ángel Álvarez, fue a parar a una Casa de Niños de la Unión Soviética en 1937. En 1946 sus padres la reclaman y se va a vivir con ellos a Francia, primero a Toulouse y después a París, hasta que en 1950, debido a su militancia, expulsan al padre del país. Con 16 años, Mercedes va a parar a Dresde, en la República Democrática Alemana, allí estudia, trabaja como traductora para una editorial, tiene hijas y en 1977 se establece en Madrid para, como ella dice, «cerrar el círculo del exilio». En España pronto se abre camino en su profesión, sobre todo después de empezar a colaborar en La clave, el mítico programa de José Luis Balbín, pero terminará por volver a Alemania.

Núria Quevedo, hija de José Quevedo Fernández -singular aviador que permaneció fiel al Ejército republicano, digno personaje de Graham Greene-, cruzó en brazos de su madre la frontera con Francia a principios de 1939. Madre e hija volvieron luego a Barcelona, donde permanecieron hasta 1942. Ese año se reúnen con el padre en Berlín, donde trabaja para los nazis. En 1945 ambas están de nuevo en Barcelona y, una vez más, irán en 1952 al encuentro del padre, instalándose definitivamente en Berlín Oriental. Allí Núria regenta una librería de la familia, estudia el Bachillerato, se hace pintora y logra un lugar destacado como artista.

Al vivir, como expone Núria en estas páginas, caminamos hacia un horizonte inalcanzable: «Vas adquiriendo muchísimos conocimientos, profundizando, pero al horizonte no te acercas, el horizonte se aleja. Es decir, que yo creo que la verdad, o lo que llamamos la verdad, está más allá del límite que puede alcanzar la razón humana». Ninguna obra de ficción es capaz de superar en emoción este dialogado testimonio vital, precisamente porque hay en él un loable intento de acercarse a la verdad, a la verdad entendida como la conformación de lo que se dice con lo que se piensa y se siente. Ningún tratado filosófico nos enseñará más sobre la vida que las palabras de estas dos mujeres, arrastradas de un lugar a otro por el viento ensangrentado de la historia.

El pretexto de las charlas entre Núria y Mercedes era legarles el testimonio a sus hijas y sus nietos. Aunque para obrar con su empeño y su meticulosidad no hagan falta pretextos, cabe decir que ellas han cumplido sobradamente su cometido legándonos a todos este insuperable relato en el que «la historia de una vida es un hilo anudado al hilo de otras vidas».

Publicado originalmente en 2004 en Alemania, Ilejanía es directo, fresco, magnético y profundamente reflexivo. Uno de esos escasos libros cuya lectura nos hace mejores.