Una inquietante partida de Cluedo

La dura diatriba que se contiene en las páginas de ¿Qué fue de la modernidad? (2010) dio a conocer al británico Josipovici (1940) a no pocos lectores, pese a que su trayectoria creativa se remonta a la década de 1960. En aquella obra, el profesor, crítico y novelista atacaba a las más brillantes plumas inglesas actuales. Rushdie, McEwan, Amis o Barnes eran víctimas de sus dardos por haber olvidado los caminos abiertos por los modernistas y acantonarse en una escritura de fácil deglución que, afirma Josipovici, «me hace sentir que yo y el mundo nos hemos hecho más pequeños y mezquinos». A decir verdad, el autor de Era una broma nunca ha sido amante de caminos trillados y este brillante e inquietante divertimento lo confirma. Compuesta en su mayoría por diálogos, la historia ha sido comparada con una partida de Cluedo y se asegura que sólo pretende divertir. Claro que, bajo esa inocente apariencia, Josipovici desliza semillas que se hunden en la conciencia como otras tantas punzantes interrogaciones. Brillante.

Era una broma. Gabriel Josipovici. Traducción de Juan de Sola

Rayo Verde 176 páginas 16 euros

La subversión del orden por la fantasía

Ango Sakaguchi (1909-1955) removió Japón a finales de la II Guerra Mundial y en los primeros años de la posguerra con tres ensayos en los que arremetió contra el nacionalismo imperialista y teorizó la decadencia nipona. Con toda su importancia, no sería de esos trabajos, sin embargo, de donde le llegaría la gloria, sino de algunas de sus narraciones fantásticas. Sakaguchi, decadentista y bohemio consumado, se sirve del género fantástico para subvertir la tradición japonesa y convertirla en símbolo arrojadizo contra un orden despótico. Buena prueba de ello son los tres relatos incluidos en el volumen En el bosque, bajo los cerezos en flor, empezando por el que le da título: una historia inmortal, dominada por la crueldad femenina y la banalización de la violencia masculina, que adquiere un giro muy singular al utilizar el florecimiento de los cerezos como génesis de la locura. Las otras dos espléndidas narraciones completan un fresco en el que la vida humana cae triturada sin remedio a merced de la satisfacción de los apetitos.

En el bosque, bajo los cerezos en flor. Ango Sakaguchi. Traducción de Susana Hayashi

Satori 160 páginas. 17 euros

Puerta de entrada a la obra de Henry James

El estilo adoptado por Jonny Ruzzo para ilustrar esta sólida edición de Washington Square tiene una íntima relación con el lugar de la pieza en la producción de Henry James (1843-1916). Ruzzo combina el clasicismo y la transgresión para realzar una obra que, si bien corresponde a la etapa más clásica de James, deja ya adivinar sus profundas dotes para el retrato psicológico individual y de grupo. Publicada en 1881, antes que la mayoría de sus obras mayores, Washington Square ha obtenido siempre el favor de los lectores, aunque su propio autor no la tuviera en elevado concepto. En esta historia de un médico rico que se opone por todos los medios a que su «pobre hija» sea pasto de un cazafortunas, la frase de James todavía no se puebla de arabescos y el punto de vista es el de un narrador omnisciente que no duda en hacer sus propios comentarios. El resultado, que en 1949 William Wyler convirtió en La heredera para Hollywood, es una magnífica puerta de entrada a la literatura del padre de Otra vuelta de tuerca.

Washington Square. Henry James . Ilustraciones de Jonny Ruzzo . Traducción de Andrés Barba y Teresa Barba

Sexto Piso . 236 páginas. 24 euros