"La rebaja del IVA sólo es efectiva para el mercado primario, el que se da entre el artista y el galerista, pero no en las obras que las galerías vendemos a nuestros clientes o coleccionistas, por lo que la noticia tampoco es tan buena como parece".

Sea como fuere el primer día de la feria fue "bueno" según la mayoría de los galeristas. Se veía que había movimiento y era notoria la abundante presencia de los coleccionistas invitados. Algunos de alta alcurnia, como la baronesa Thyssen, a la que se vio charlar, por ejemplo, con Elena Ochoa, propietaria de la galería Ivorypress,

Hablábamos de ventas y sorprendía cómo nada más inaugurarse la feria la Fundación María Cristina Masaveu Paterson había adquirido ya dos obras de las expuestas en la gijonesa Espacio Líquido. En concreto dos fotografías de Juan Baraja. Junto a las piezas de Baraja, Espacio Líquido cuelga en sus paredes pinturas de Chechu Álava (Piedras Blancas, 1973), perfecta muestra de la depurada pintura, de mirada casi maltusiana, de la artista radicada en París; dos instalaciones del colectivo Laramascoto, en donde se lleva la palma la denominada "Animalarium", y propuestas del suizo Ingo Giezendanner, el peruano Miguel Aguirre o la mallorquina Amparo Sard.

En la galería madrileña Cayón, donde mantiene una exposición desde hace unas semanas, se puede observar una escultura de Herminio en la que se comprueban los equilibrios mágicos y las gravitaciones del artista de La Caridad. En la potente galería Marlborough se exhiben las obras de Pelayo Ortega y Pablo Armesto. Éste con dos composiciones denominadas "In to the inmaterial", hechas de madera lacada, neopreno, fibra óptica y led, y aquél con óleo sobre lienzo, de medio formato, terminado en metacrilato, titulado "Hoy, ayer, mañana...". Pone la guinda, la obra de Luis Feito, asturiano del mes de LA NUEVA ESPAÑA, que puede admirarse también en el espacio de Marc Doménech.

Quien no está este año en Arco es un habitual de otras ediciones como Hugo Fontela. El artista de Grado presenta su obra más reciente desde hace un tiempo en la galería barcelonesa Carles Taché y ésta no ha acudido a Arco, quien sabe si como consecuencia del boicot que el pasado año anunciaron para esta edición de Arco las galerías catalanas por motivos económicos, y que al final, excepción hecha de la mencionada galería barcelonesa -que dijo haberse tomado un año sabático- ha quedado en nada".

Sí es evidente en esta edición que ArcoMadrid es una feria mucho más consevadora, con menos propuestas transgresoras y arriesgadas y es que, parece claro, que la cuestión es vender y presentar al posible comprador productos asequibles y fáciles de ver, lo que, según el movimiento y las transacciones que ayer se cerraron, se ha logrado. Algo que no le gustó, por ejemplo, a uno de los artistas asturianos más arriesgados y vanguardistass, Cuco Suárez.

El artista de Pola de Laviana, que no ha podido presentar en Arco una performance, de la mano de la galería grancanaria Saro León, por "demasiado transgresora", criticaba ayer, tras darse un paseo por los diferentes pabellones, el consevadurismo de la presente edición: "En Latinoamérica o África el arte habla, grita, chilla, remueve las entrañas... aquí, en Arco, decora. Es todo muy comercial". En el fondo es lo que buscaban tanto la dirección de Arco como las galerías presentes en la feria y, visto lo visto... lo están consiguiendo".