Tras una séptima temporada soporífera, parece que 'The Walking Dead' ha recobrado su pulso en un episodio final que ha tenido sus momentos para la épica y promete emociones más fuertes para el próximo año. Un final con el que aún quedan muchas cosas por resolverse, pero sin cliffhangers de ésos que te dejan esperando con el corazón en un puño durante meses. Junto con 'Juego de Tronos', la serie de los muertos vivientes sigue siendo una de las series más vistas. La primera ya empieza a despedirse, pero los chicos de Rick Grimes no parecen tener mucha prisa por marcharse, aunque este año hayan abusado de la paciencia de sus espectadores.

Desde que comenzó 'The Walking Dead', siempre ha habido grupos de haters clamando en las redes por lo aburrida que decían que era. Temporada tras temporada hemos ido aguantando sus quejas, repitendo hasta la saciedad que la serie estaba muerta y que tendría que haber terminado hace mucho tiempo. Este año que llegaba Negan era la ocasión perfecta para ofrecer una gran temporada e ir cerrando bocas. Pero por alguna extraña razón, no ha sido éste el resultado, sino que nos hemos aburrido mucho y alguno se ha cambiado de bando. Este año ha habido unanimidad en que hemos padecido una de las peores temporadas de la serie, con capítulos que realmente se han hecho cuesta arriba.

El primer episodio dejó a todo el mundo impactado en el sofá. Hubo hasta quién apagó la tele indignado diciendo que no iba a volver esta serie en la vida. Porque duele cuando matan a uno de tus personajes favoritos. Y si encima lo hacen con la brutalidad con la que se mostró, pues todavía peor. Quizá el golpe nos dejó tan traumatizados, que después veìamos los capítulos por pura inercia mientras seguíamos en shock. Pero nos cansaba el sufrimiento de los personajes. Y, lo que es lo peor de todo, nos aburríamos. Como los haters. Semana tras semana volvíamos para ver si la cosa remontaba, pero no. 'The Walking Dead' nunca ha sido una serie fácil de ver. Son las cosas del apocalipsis. Pero este año se habían pasado.

Al final, ha tenido que venir el último episodio para recordarnos lo que era emocionarse viendo Walking Dead. El desenlace de la temporada no ha contado la gran batalla que muchos esperaban pero ha tenido la dosis justa de emoción al poder comprobar que Negan no es tan invencible como parecía. Hemos tenido giros inesperados de guión, traiciones, batallas, momentos de suspense y hasta la baja de otro de nuestros personajes favoritos. Su sacrificio habrá arrancado alguna lágrima a más de uno y seguro que ha causado algún que otro momento de dar un brinco en el sofá de la emoción en el momento en el que descubrimos cuál era el plan.

No ha faltado quien, aún así, ha venido diciendo que parecía un capítulo del Equipo A. Como si no hubiéramos tenido un empacho de drama y sufrimiento este año. Otra boda roja era lo que nos faltaba. Tras tantas semanas de sufrimiento, siempre es de agradecer que se nos deje una puerta abierta a la esperanza. No todo es miseria y desdichas, sino que hay un hueco para el heroísmo. El capítulo final de la séptima temporada no nos ha traído la guerra contra Negan que esperábamos, pero deja las cosas preparadas para ese gran momento y tiene suficientes escenas épicas para dejarnos con mejor cuerpo. Daryl parece que ha dejado la ballesta y le van más las armas automáticas. Morgan ha enterrado por las malas la filosofía de no matar. Mientras que Carol parece que ha encontrado nuevos motivos para seguir viviendo. Eugene puede que no sea el traidor que todos pensábamos. Y en cuanto a Sasha... en fin (lagrimita), parece que se nos tiene que ir a 'Star Trek'. Tengo que admitir que uno de los personajes que menos soporto es a Ezequiel. Me parece muy forzado y que no pega en la serie. Alguno ha criticado la capacidad que tiene su tigre para distinguir entre los buenos y los malos a la hora de ponerse a atacar en medio de una batalla. A mi el personaje me chirría tanto, que el detalle del tigre fue una de las cosas que menos me molestó.

Tras unos cuantos episodios a la deriva, el último capítulo de la temporada ha dado un golpe de timón y ha puesto rumbo a donde todos queríamos ir. Se habla incluso de que para la octava temporada daremos un salto en el tiempo para llevarnos a uno de esos momentos en los que hay que poner toda la carne en el asador. Resulta que el primer episodio va a ser el número 100 de toda la serie, por lo que todo apunta a que se va a celebrar el acontecimiento por todo lo alto. Hay hasta rumores de que los próximos villanos de la serie, los Susurradores, podrian aparecer antes de tiempo. Incluso hasta se especula con la posibilidad de traer a Glenn de vuelta, vía flashback. Si Abraham pudo volver en el último epìsodio, el bueno de Glenn también puede.

Así es como nos hemos dado cuenta de que la séptima temporada se nos ha acabado y ya no tendremos más episodios hasta después del verano. Sin embargo, este año la sequía de zombies se nos va a hacer más larga que el anterior. El spin off de la serie, Fear the Walking Dead no va a empezar ahora, sino que parece que tendremos que esperar hasta el mes de junio. Es un buen momento para hacer metáforas con la situación actual de Estados Unidos, ya que la acción se situará en la frontera con México, ¿Veremos alusiones al muro de Donald Trump?

El infierno zombie parece seguir dispuesto a dar dando guerra en la pequeña pantalla. Sólo falta por comprobar que los responsables de la serie mantengan el rumbo y no vuelvan a desviarse por terrenos más pantanosos.