Con películas como 'Martín (Hache)' o 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto', Federico Luppi se consagró como una de las figuras indispensables en la cinematografía española, que hoy le recuerda como un español más, de acento porteño.

De hecho, el actor obtuvo la nacionalidad española en 2003, solo un año después de que trasladara su residencia a Madrid desde Buenos Aires, incómodo con la situación política y cuando la economía argentina se derrumbaba provocando la peor crisis que se recuerda.

En España, Luppi ya era un actor conocido: 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto' (1995) ganó ocho Goyas, con Luppi nominado como mejor actor, pero la deliciosa 'Un lugar en el mundo' (1992), de Adolfo Aristarain, donde compartía cartel con José Sacristán, le dio el reconocimiento que se merecía.

En 1996 hizo 'Éxtasis', dirigida por Mariano Barroso, que protagonizaba junto a un jovencísimo Javier Bardem, y poco después, en 1997, llegó la que sería su mejor tarjeta de presentación: 'Martín (Hache)'.

La cinta, una demoledora revelación sobre las relaciones familiares, le valió a Luppi un Cóndor de Plata (el Goya argentino) y la Concha al mejor actor del Festival de San Sebastián, así como otra decena de reconocimientos, también para sus coprotagonistas, Cecilia Roth y Juan Diego Botto.

Botto, hijo de Luppi en la película, lloró hoy la desaparición de su maestro: "Desolado por la muerte de Federico Luppi. El mundo hoy es más gris. Inmenso ser humano, grandísimo actor. GRACIAS por todo, Fede", escribió en su cuenta de Twitter.

Poco antes de 'Martín (Hache)', Luppi había rodado el debut en el largometraje del hoy internacional cineasta Guillermo del Toro, 'Cronos', con la que el actor se metió en el bolsillo a los fan del cine fantástico, que le dieron el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Sitges.

Con Del Toro rodó después 'El espinazo del diablo' (2001) y 'El laberinto del fauno"' (2006).

Luppi siguió haciendo cine en España: 'Frontera Sur' de Gerardo Herrero, en 1998; 'Lisboa', de Antonio Hernández, en 1999; 'Divertimento', en 2000, mano a mano con Paco Rabal, o 'El lugar donde estuvo el paraíso', en 2002, de nuevo con Herrero.

Para esa fecha, Luppi, incómodo con la situación política en Argentina, decidió fijar su residencia en España.

En 2003 participó en algunos capítulos de la serie puntera del momento en la televisión española, '7 vidas', y poco después rodó con Miguel Bardem 'Incautos', donde compartió cartel con Victoria Abril y Ernesto Alterio.

2005 fue el año de 'Elsa y Fred', de Marcos Carnevale, donde Luppi, China Zorrilla y Manuel Alexandre bordaron un drama otoñal que les valió a los actores un buen puñado de premios.

Unos meses antes, el actor se había lanzado al rodaje de la que sería su única incursión en la dirección, 'Pasos', producida por la española Igueldo Komunikazioa, donde actuaba la que ya era su nueva esposa española, Susana Hornos, autora también del guion.

Aún haría otras 18 películas antes de enrolarse en 'Magallanes', del peruano Salvador del Solar, con la que el argentino volvió al primer plano informativo.

En 2007 regresó al teatro con la obra 'El guía del Hermitage', que puso a Luppi en los escenarios después de una ausencia de diez años.

"No se puede vivir sin sueños", dijo entonces Luppi en una entrevista con Efe, donde explicaba que el "maravilloso" texto de la obra y "el extremo humano" al que se ve sometido su personaje fueron claves para volver al escenario.

Y lo hizo otra vez más, en los madrileños Teatros del Canal hace solo dos años. 'El reportaje', de Santiago Valera, fue un recital del veterano actor, convertido en un exmilitar argentino que había participado en la dictadura, una historia basada en una entrevista real emitida por la televisión argentina.

Aún se le podrá ver en otro papel protagonista en 'Necronomicón', un "thriller" del argentino Marcelo Schapces.