Es ateo, quizás como acto de rebeldía hacia sus padres, miembros de una estricta rama del puritanismo anglicano. De niño, no le dejaron ver la televisión, escuchar la radio o ir al cine. Consiguió ver su primera película cuando tenía catorce años, la recién estrenada Jasón y los argonautas (1963). Estudió Filosofía, dice, para encontrar respuesta a la pregunta de si Dios existe.

Y concluyó que no. No es de extrañar, pues, que su mundo, como él dice, sea el de las palabras, no el de las imágenes. El galés Ken Follet (Cardiff, 1949) ha vendido más de 160 millones de ejemplares de sus libros, en especial de Los pilares de la tierra (1989), su novela sobre la construcción de una catedral, que tuvo su continuidad en Un mundo sin fin y ahora con la tercera parte: Una columna de fuego (Plaza y Janés/Rosa dels Vents), con las guerras de religión como tema principal del libro.

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