La levantadora de peso Olga Fernández acaba de regresar de la Copa de España de halterofilia, celebrada en Granada, con tres récords de España en la categoría de -44 kilos. La joven, de 14 años, levantó 59 kilos en arrancada y 69 kilos en dos tiempos. Además, sumando ambas, estableció el récord olímpico en 128 kilos.

No es el primer logro de Fernández, quien el pasado mes de septiembre se hizo con el subcampeonato de Europa sub 17 en arrancada. A pesar de su juventud, desde muy pequeña tuvo claro que lo suyo era halterofilia, decisión en la que tuvo mucha influencia su hermano Josua, siete años mayor que ella, a quien desde pequeña ella vió entrenar en casa.

«La técnica la tuve desde que tenía unos cuatro o cinco años porque me la enseñó mi hermano, pero a entrenar no empecé hasta los nueve». Al igual que Josua, Olga, que hasta ese momento había practicado diferentes deportes como actividad extra escolar en su colegio, la Sagrada Familia, entró a formar parte del Club San Mateo. Al poco tiempo decidió dejarlo.

«Al año o así decidí parar porque no aguantaba la presión en los entrenamientos». Casi doce meses después, y animada por su hermano, el que más confió, asegura, en sus posibilidades, regresó.

Desde sus comienzos, en la categoría de -36 kilos, Fernández dejó claro que no iba a pasar desapercibida en el mundo de la halterofilia. En su primera competición ya fue tercera en el campeonato de Asturias de técnica, «y eso que estaba muy nerviosa», confiesa. En los últimos años se ha proclamado campeona de Asturias de varias categorías, y su último gran logro, antes de la Copa de España del pasado fin de semana, fue el subcampeonato europeo sub 17 que logró en septiembre.

«Me siento superorgullosa, sobre todo por mi familia, porque siempre me ha apoyado y se que les ha hecho muy felices», confiesa.

Fue su último título con el club San Mateo. Desde el pasado mes de febrero, Olga Fernández milita en el Club Joaquín Valle y se ejercita en el polideportivo de Tudela Agüeria a las órdenes del ex deportista Francisco Javier Solís, quien sólo tiene buenas palabras para su pupila. «Es un orgullo tener seis deportistas y que uno de ellos sea Olga, porque para un club como el nuestro, creado hace un mes, contar con una campeona como ella es un auténtico privilegio». Sobre las cualidades de la deportista, lo tiene claro. «Las tiene todas para llegar lejos en la halterofilia», comenta. «El que sepa un poco de esto te dirá lo mismo que yo, porque por edad y por físico va a llegar muy lejos, lo único que le queda es seguir trabajando». Lo complicado para Solís está en la mente. «Hasta los 18 o 20 años no tienes fuerza porque no sabes lo que es, hasta que no eres maduro no sabes controlar tu fuerza, por eso la principal labor que tenemos con deportistas con la edad de Olga es hablar mucho, que no se descentren».

La joven le da parte de razón. «Mi mayor defecto y mi mayor virtud está en mi cabeza: a veces me cabreo mucho pero luego me relajo y se enfocar ese enfado en el levantamiento». Intenta llevar a la práctica un consejo de su hermano: «olvidarme de todo cuando compita y centrarme en lo importante». Parece que, de momento, le funciona.