El Castros es un equipo que trata de generar actividad y dar vida a un concejo pequeño como es el de Coaña, situado en el Occidente, la zona más despoblada de Asturias. Y, con mucho esfuerzo, lo logran. Cinco equipos de categorías inferiores, más un prebenjamín no federado que juega con otros equipos de la zona, ocupan a unos 80 chavales.

Todos los equipos que compiten en la liga federada lo hacen en Tercera. El juvenil ha conseguido juntar un buen grupo y marcha séptimo en la clasificación, sin opciones de subir pero haciendo una meritoria campaña. Más les está costando a los cadetes, infantiles y alevines que ocupan los puestos de abajo de sus grupos. Pero, por detrás llega un grupo de benjamines que también lo están haciendo muy bien y marchan por la zona tibia a de la clasificación, en el primer año que el Castros saca un equipo en esta categoría.

El club comenzó en el año 1989 con un equipo senior, que aún sigue jugando en Segunda regional. Poco después empezaron a crearse los equipos de categorías inferiores, hasta configurar la actual estructura. Jose Camilo García, tesorero y coordinador de las categorías inferiores del Castros explica que «lo que se intenta es que los chavales hagan deporte y que formen grupos». Para reclutar gente en el equipo no solo buscan en Coaña: «Como el concejo no tiene mucha gente intentamos traer a chavales sobre todo de Navia, que no tiene categorías inferiores. Como está cerca viene bastante gente de allí. Los equipos del Andés son de categorías superiores a las nuestras. Por eso si alguno de los de aquí destaca mucho suele terminar yendo para allá».

El objetivo fundamental del club es que esa cantera forme el equipo que luego jugará en el equipo senior, algo que se está consiguiendo, puesto que la mayor parte del equipo de Segunda regional está formado por jugadores que fueron canteranos. «La mayoría de la gente del equipo senior son de aquí. Se suma alguno que no llega para jugar en Preferente con el Andés», explica García.

Uno de los problemas del Coaña, como sucede en muchos otros clubes, es que se acumula mucho trabajo en pocas manos. «En los clubes trabajamos cuatro y hay mucho trabajo. Quizá en las ciudades estén más concienciados; pero aquí echamos de menos más implicación de la gente», reconoce el Tesorero del Castros.

Para financiarse tienen los recursos del resto de clubes: Principado, Ayuntamiento, lo que se puede sacar de carteles publicitarios, algo que de entradas, alguna rifa y las cuotas que pagan los chavales. «No pagamos a los jugadores, pero se necesita dinero para los viajes, que los hacemos en autobús, y para darles al menos el bocadillo y el refresco. De momento no tenemos problemas económicos y esos gastos los cubrimos bien», explica Camilo García. Tampoco hay queja del campo, aunque García reconoce que está «un poco fastidiado».