El fútbol lo juegan los jugadores, dirigidos por un entrenador y vigilados por un equipo arbitral. Pero ahí no acaba todo. Antes de que el balón eche a rodar es necesario que alguien prepare el campo para que esté en las mejores condiciones posibles, una persona que tenga limpia la ropa para los jugadores, que recaude el dinero para pagar a los árbitros, tramite las fichas, cuadre los horarios de los entrenamientos y para muchas otras labores sin las que no sería posible disputar los más de 700 partidos que se juegan cada fin de semana.

En el fútbol de alto nivel todo está profesionalizado. Hay trabajadores remunerados, encargados de que todo funcione en tiempo y hora. Pero en el modesto es necesario que haya gente que, sin pedir nada a cambio, se implique en las labores organizativas de los clubes más modestos. Directivos encargados de hacer el trabajo oscuro, el que nadie agradece. En las entidades humildes los directivos no son grandes empresarios que hacen fichajes. Se trata de gente que lo mismo corta el césped que lava la ropa con la que los jugadores saltarán al campo el fin de semana.

Un trabajo duro, poco reconocido y sin contraprestación. En Asturias las cosas aún funcionan, hay el número suficiente de directivos para que sea posible sacar adelante todas las competiciones que se disputan en la región, pero el descenso con respecto a la temporada pasada en cantidad de directivos trabajando en los clubes hace temer lo peor para el futuro. De los 7.000 directivos que había en la anterior campaña quedan en la actual 5.400. Un descenso que ha disparado las alarmas en la Federación Asturiana de Fútbol.

Las razones de ese descenso están, sobre todo, en la desmotivación. Cada vez hay menos gente en los campos humildes y más problemas económicos para sacarlos adelante. Los directivos ven como su labor es cada vez más difícil, les exige más tiempo y se agradece menos. «Nos preocupa muchísimo el descenso en el número de directivos», reconoce Maximino Martínez, presidente de la Federación Asturiana. Martínez no duda en salir en defensa de esta gente que, «de forma altruista», se hace cargo de los clubes y señala un culpable: la televisión. «¿Qué está ocurriendo? Los directivos se encuentran solos. No cobra ninguno, lo hacen por altruismo, y es un gran labor social la que realizan. Como vengo diciendo desde hace tiempo la televisión acaba con el fútbol aficionado. Los directivos se sienten solos, trabajan toda la semana y los domingos van al campo 20, 30, 100 personas como mucho. Eso desmorona a cualquiera que trabaja y que encima lo hace gratis», enfatiza el mandatario del fútbol asturiano.

Para el presidente de la Federación es necesario poner en valor «la labor educativa» que se hace gracias a todos estos directivos. «Aunque suene fuerte, al fútbol se puede jugar sin balón, porque si no hay balón se hace uno con trapos; si no hay árbitro, se pone a uno de mutuo acuerdo; pero, si no hay directivos que preparen los partidos, no hay fútbol», insiste Martínez.

La primera consecuencia de la bajada del número de directivos es la desaparición de clubes. Esta temporada arrancaron 20 clubes menos que la pasada. «Todo esto va minando poco a poco al fútbol aficionado. Los directivos están cansados, se aburren», indica Martínez, quien señala a los horarios de televisión como los grandes culpables de todo esto: «En el momento en que hay partidos en televisión desde las 18 horas del sábado, los domingos por la mañana, los domingos desde las 16 horas. No hay horarios para el fútbol aficionado. Entonces, la gente se acostumbra y se acomoda a ver el fútbol en la televisión».

Sin pelos en la lengua, Maximino Martínez advierte: «Como no se ponga remedio, el fútbol modesto tiene fecha de caducidad. Esto se va al garete». Si bien, desde la Asturiana no solo se indica el problema, también se estudian soluciones. «Se están preparando un paquete de propuestas a nivel regional y estatal», dice el presidente de la federación, aunque no revela los detalles de esas soluciones.

«No es cosa de Asturias, está pasando en todos lados. Además, tantos partidos saturan a la gente. A nosotros que haya fútbol el sábado a las 21:30 horas no nos afecta para nada. Ese partido, en abierto y que puede ver todo el mundo, no perjudica a nadie y ese es precisamente el que quieren quitar. No hay derecho», se lamente Martínez. «Es un atropello y un abuso por parte de la Liga de Fútbol Profesional. No hay derecho», se reitera el presidente de la asturiana.

Dentro del fútbol modesto esta temporada ha habido una excepción: el Avilés, que está juntando una media de 2.000 espectadores en el Suárez Puerta. «Es una excepción en un club que lleva muchos años en los que no iba nadie al campo. Pero Avilés es una gran población, que podría tener un equipo en Segunda. Hay otros equipos que están entre los cuatro primeros de la Liga que no consiguen llevar ni a 300 personas al campo», concluye Maximino Martínez.