Apenas tiene 11 años, pero la proyección de Rodrigo Marchal en el trial asturiano hace que muchos empiecen a ver a un gran corredor para el futuro. Su aventura comenzó a los cuatro años. Su padre Fran, gran aficionado al mundo del motor en todas sus disciplinas, solía practicar el trial los fines de semana y realizar rutas por los montes de la región. Una actividad que con el paso de los años se transformó en rutina habitual de los fines de semana de padre e hijo. En la misma línea, su madre, Alma, siempre apoyó esta pasión que empezó como una simple afición y que a día de hoy ocupa gran parte del tiempo libre de Rodrigo.

La proyección de Rodrigo Marcha ya se veía venir desde su comienzo en el mundo de la competición. Apenas tenía seis años cuando se proclamó subcampeón alevín del Trofeo «AMCA» en 2007; triunfo que repitió los dos años siguientes. Tal fue su proyección que sus padres decidieron que lo mejor para Rodrigo era ampliar fronteras y buscar nuevos retos. «En 2009 fuimos a competir a Cataluña y llegó a ser segundo en "Los 2 Días de Trial de Nens", un puesto que repitió también en la Copa Gallega de Niños en Mondoñedo», señala el padre del piloto.

Los dos últimos años han sido los de la explosión de este joven langreano. En 2010 fue subcampeón juvenil de 80 centímetros cúbicos, mientras que el año siguiente llegó a lo más alto de la prueba regional.

En este curso, Rodrigo ha dado el salto para competir en el Campeonato de España y en 125 centímetros cúbicos, con un gran resultado al ser tercero en la primera prueba disputada en Córdoba.

Este hecho, unido al gran apoyo recibido por varios patrocinadores, llevó a Francisco a crear el Marchal Trial Team, que el miércoles fue presentado en el Castillo de la Zoreda. Un club deportivo sin ánimo de lucro que, en palabras de Marchal, «nos servirá para tener legalizado el tema de facturaciones, sobre todo ahora que Rodrigo ya puede competir en Nacionales, porque nosotros seguimos perteneciendo al Moto Trial Langreo».

Un presentación que sirvió también para que la familia agradeciera el apoyo de los anunciantes y premiara el trabajo que está realizando Rodrigo. «Es una pasión muy importante la que tiene por este mundo. Es una actividad de complicidad familiar la que tenemos cada fin de semana que nos vamos a una prueba, pero Rodrigo es muy consciente, pese a los años que tiene, que este no es un deporte con el que poder vivir toda la vida. Su sueño es ser profesor de educación física y dar clases de trial los fines de semana», señala el padre del joven piloto.

Cada fin de semana que tienen que partir, la máxima de Rodrigo es dejar bien atados los estudios. Al igual que su padre con sus trabajos en el mundo de la carpintería. Su habilidad en la moto es muy destacable, pero priman otros aspectos de la vida. «No es valiente para correr y alcanzar mucha velocidad, pero si se tiene que tirar por un acantilado con la moto lo hace. Es más un deporte de equilibrio, destreza y habilidad que de velocidad», comenta Fran.

Y es que esta aventura acaba de comenzar y la ilusión en la familia ya es máxima. «Así está comenzando la trayectoria deportiva de Rodrigo. Y aunque le ocupa casi la totalidad de los fines de semana del año, no le impide obtener muy buenos resultados en sus estudios. Además, al mismo tiempo sigue con mucha pasión disfrutando de toda la actualidad del mundo del motor».