El pasado verano el Lada estuvo a un paso de desaparecer. Con el esfuerzo de unos pocos se logró revertir la situación y al menos sacar el equipo adelante. Y aunque el futuro del club todavía es un poco dudoso, en Lada han querido abrir las puertas a todo el mundo, a unos meses de cumplir su 25º. aniversario. Y es que casi un tercio de la cantera del club langreano tiene su origen lejos de España. De ahí que la reconstrucción del club que juega en el Guillermo Menéndez Coto haya hecho que el Lada sea un club internacional.

Fiti Sánchez, entrenador del juvenil y uno de los encargados de velar día a día por el trabajo de los más jóvenes valora de forma muy positiva su implicación en este proyecto: «Son buena gente, trabajadores y disciplinados. Trabajan todos muchos en general, pero a veces quieren igual dar más de sí mismos de lo que pueden. A veces acaban pecando en exceso más que por defecto a la hora de jugar al fútbol».

Dos de los miembros del club son de Rumania y tienen una historia curiosa a sus espaldas. Ricardo Samuel Farcas y su hermano Cornelio Denis iniciaron esta temporada su aventura en el conjunto langreano. El primero tiene ocho años y el segundo catorce, pero su pasión por el fútbol ha hecho que se integren con normalidad junto al resto de sus compañeros en el Guillermo Menéndez Coto. Los dos juegan de delanteros y su gusanillo por el fútbol se lo inculcó Marcel Sabou. Y es que el ex futbolista del Sporting es natural de Timisoara como Cornelio Denis y Ricardo Samuel, y fue durante unos años vecinos de los dos jóvenes futbolistas del Lada cuando vivían en Gijón.

Además, en el Lada también juegan dos hermanos, aunque en esta caso con una pequeña diferencia. Luis Fernando Flores es el mayor, tiene 14 años y nació en Colombia, pero apenas estuvo un año en dicho país. Su hermano Óscar Sanz tiene ocho y ha vivido toda su vida en Asturias, pero sigue los pasos de su hermano. Y es que Luis Fernando comenzó esta temporada a jugar a regañadientes, ya que aunque le gustaba el fútbol le faltaba un poco de compromiso para estar al máximo durante toda la temporada. Este curso por fin se atrevió a dar el paso.

Otros de las colonias del Lada es la marroquí. Mohamed Rebroub tiene 12 años y lleva tres jugando como delantero en el Lada; mientras que su hermano Mehdi comenzó a jugar esta temporada en el alevín. Además Mustafá Lahuadi ha estado jugando los últimos cuatro; mientras que a sus 11 años, Mouloud Elmardi ha comenzando su aventura en la delantero del conjunto alevín.

Y es que el idioma universal del deporte ayuda a integrarse a los más jóvenes. «La filosofía deportiva es lo mejor que se ha inventado. Esta gente aprende compañerismo y se integra junto al resto. El lenguaje del fútbol es universal», relata Fiti. Un motivo que hace que cuándo el balón eche a rodar no haya diferencias en el campo.«No hay mucha diferencia en el estilo de juego. Las patadas y pelotazos en el estilo de juego que me gusta está prohibido para todos, tantos para los de aquí como para ellos», añade Fiti Sánchez.

Y es que club hizo una promesa en firme al inicio de temporada. «Que nadie se quede sin jugar por no poder pagar la taquilla. Hacen otro tipo de ayudas como más venta de cupones o labores de taquilla y colaboración, pero la clave es que todos puedan jugar al fútbol. Da igual su procedencia», concluye.