Riosa vivió tiempos mejores. Unos años en los que el fútbol base tenía un equipo por categoría. Ocurrió cuando El Llerón, aún de arena, soportaba como podía el duro invierno tras el desgaste de varios partidos cada fin de semana. Ahora, año tras año, el club riosano ha ido perdiendo representantes hasta llegar a la presente temporada, en la que los alevines son los supervivientes del fútbol base de Riosa. Un curso en el que la entrada de un césped de hierba sintética no ha sido suficiente para intentar retener jugadores o buscar otros para contar con más equipos. «No se puede hacer más. No hay natalidad. No hay más niños en el concejo. Esto es una ruina. Estamos viviendo una situación tan complicada de recortes y de reformas educativa que temo que cualquier día pueda hasta acabar en un cierre de la escuela. Esperamos mantener este equipo, pero ahora pensamos en ir año a año», señala Toño Villarejo, presidente del Riosa.

Vicente Carracedo entrena a los doce jugadores del conjunto alevín. «No se pierden ni un solo entrenamiento. A veces hasta me piden que vayamos más días. Es una ilusión tremenda la que tienen por el fútbol», señala el técnico.

Pablo, David, Ismael, Julián, René, Gabi, Víctor, Héctor, Miguel, Ángel, Dani y Herik son los que aún disfrutan del fútbol en Riosa. «Lo primero que queremos es que sean buenos chavales, estudiosos y responsables. Después, en el aspecto deportivo, nos centramos en el trabajo con el balón y a nivel técnico. Tenemos muchos críos que no jugaron en su vida al fútbol. Se conocen todos del colegio, pero futbolísticamente se nota que en algunos aspectos están muy verdes», desgrana Carracedo. Aun así, el inicio está siendo bastante bueno y la plantilla está dando una buena imagen en sus compromisos ligueros. «Hemos empezado bastante bien. Tenemos la suerte de tener jugadores de segundo año y basar nuestro juego en la lucha para buscar buenos resultados», añade.

El mal momento del fútbol en Riosa llega con las mejores condiciones posibles. Carracedo recuerda sus tiempos de futbolista y las dificultades que atravesaron antes de vivir esta etapa. «El nuevo campo es una delicia. La pena es que ahora que tenemos buen campo no hay chiquillos para que jueguen. Este césped ha cambiado totalmente la fisionomía del fútbol en Riosa». Por eso, el técnico de los alevines del club ya comienza a planificar la supervivencia del club para el próximo curso: «Lo más normal es que el año que viene el alevín desaparezca, pero intentaremos juntar a éstos con otros chavales para tener un infantil y al menos seguir manteniendo el fútbol».

El futuro es uno de los asuntos que más inquietan a los miembros de la directiva y el cuerpo técnico. Un quebradero de cabeza para seguir viviendo cada año. Aunque esta circunstancia no es un impedimento que les permita afrontar con ilusión la temporada y cada entrenamiento en El Llerón. «Disfrutamos el día a día sin pensar que puede ser el último año. Es lo mejor que podemos hacer para seguir motivando y formando a las chavales, aunque sigamos trabajando para evitar que la cantera del Riosa desaparezca», analiza Vicente Carracedo.

Por su parte, Toño Villarejo, presidente del club, se niega a ver desaparecer el fútbol y sigue pensando en diversas alternativas: «Es difícil enfocarlo. La solución, si no hay niños, es traerlos de fuera, pero eso es casi más complicado». Por eso, anima a todos aquellos que quieran disfrutar del fútbol a poner rumbo a Riosa: «Nuestra filosofía es que los chavales disfrutan y se lo pasen bien con un deporte como el fútbol. Por lo menos que vengan, lo intenten y prueben esta experiencia. Están libres para marchar si no están conformes. Nos gustaría que los componentes del Regional sean gente que hayan empezado desde las categorías inferiores y que vengan de la base del club», afirma.