El deporte laboral conocerá por fin al campeón de Europa que le falta en fútbol sala. Ha habido que esperar mucho, pero la vieja cuestión que desde 1989 tienen pendiente dos equipos asturianos, Ensidesa y Banco de Vizcaya, parece que se va a resolver próximamente. Esa es al menos la idea que acarician los animosos veteranos de dos formaciones que durante la década de los 80 ganaron todo lo ganable tanto en Asturias como en España y Europa. Entre ambos acumulan tres títulos continentales e innumerables a nivel regional y nacional, lo que les llevó a convertirse en referencia de su disciplina dentro del fútbol de empresas. Sin embargo, en su brillante palmarés quedó una laguna, la de la final del Europeo de 1989 en Yugoslavia, que no pudo celebrarse a causa de la lluvia. La organización reconoció que cada uno encabezó su grupo previo, clasificándose por tanto para la final, pero la cosa se quedó ahí. Nunca se jugó esa gran final asturiana, que hubiera podido ser la revancha de la que estos mismos equipos protagonizasen en 1987 en Viena. La consecuencia fue que el resultado quedó en blanco, figurando así en el historial de una competición que tiene el rango de Olimpiada Laboral y que, en el caso de la yugoslava, congregó a cerca de 4.000 trabajadores-deportistas.

Esta vez la noticia se gestó en casa, ya que fue el Episodio sobre la final del Prater, publicado la semana pasada en este mismo suplemento de LNE, el que impulsó a los veteranos deportistas a ponerse al día. En concreto la iniciativa partió del que era entonces entrenador de los siderúrgicos, Isidoro Álvarez, quien la planteó al capitán de los bancarios ovetenses, Jesús Quirós, que por su lado la recibió con agrado. Si la propuesta se concreta, y parece que sí, será desde luego una final auténticamente surgida del túnel del tiempo. Sus protagonistas cuentan con 26 años más y han ganado algún kilo, aunque a buen seguro que conservan intacto el entusiasmo de aquella triunfal década de los 80. Por otra parte el mapa de Europa ya no es el mismo, de tal modo que la ciudad que acogía el evento de 1989, Rovinj, pertenecía a lo que entonces era Yugoslavia y que hoy es Croacia. También hubo cambios en las empresas que respaldaban a los equipos. Ensidesa es ahora ArcelorMittal, mientras que el Banco de Vizcaya participó de una serie de fusiones que desembocaron en el actual Banco Bilbao Vizcaya Argentaria.

Como puede suponerse, la recuperación de aquella final del 89 trasciende de cualquier connotación competitiva, algo ya totalmente secundario. A estas alturas qué más da quién gane. Esto es algo que tienen bien presente los integrantes de ambas formaciones, que perciben su histórico reencuentro como la oportunidad de recordar viejos laureles y pasárselo bien en el marco de una jornada de convivencia. En principio lo que proyectan es tener un emotivo recuerdo para los seis ausentes -tres fallecidos por equipo-, luego jugar el partido y rematar con una comida en armonía. Un plan estupendo sobre el que ya trabajan Isidoro Sánchez y Jesús Quirós.

Según avanzó el mismo Sánchez su propuesta de escenario es la del Palacio de los Deportes ovetense, para lo que harán la correspondiente gestión ante el Ayuntamiento. Y quieren contar con un arbitraje a la altura de sus expectativas, barajando junto a algún otro nombre el del ex internacional Manuel Díaz Vega, que tras su retirada viene ocupando la Dirección del Comité Técnico de Árbitros. Díaz Vega era por aquellos años, finales de los 80, precisamente uno de los colegiados de referencia en España. También se desea contar con la presencia de Mari Nati Muñiz, presidenta de la Federación Asturiana de Grupos de Empresas, el organismo que aglutina a unos 700 participantes en las competiciones de fútbol laboral. Ensidesa y Banco de Vizcaya de Oviedo fueron precisamente dos conjuntos pioneros en la FAGE y los que llegaron más lejos en su modalidad de fútbol sala, aunque ocasionalmente también compitiesen en futbol 7 sobre hierba.

Si todos los preparativos salen como los tienen proyectados, no cabe duda de que la recuperada final de Rovinj será una fiesta para los componentes de estos dos históricos equipos, así como para sus familiares y sus muchos amigos. Pocas oportunidades se dan de dirimir un título europeo, aunque en este caso la carga simbólica prevalezca sobre cualquier otra. Eso sí, habrá su trofeo y todo, que les gustaría que donase el BBVA, entidad, por cierto, estrechamente vinculada al fútbol por su patrocinio a las ligas de Primera y Segunda divisiones.

Para ir ultimando detalles quedan por delante unos cuantos meses, puesto que la previsión es celebrar esa jornada de convivencia hacia el mes de junio. Un margen de tiempo que tampoco vendrá mal para la mejoría en su puesta a punto física de los veteranos deportistas, que en el caso de los bancarios andan por la sesentena. Precisamente este detalle de la edad es lo que a juicio del capitán de los ovetenses, Jesús Quirós, podría echarles para atrás: "Yo creo que al final nos animaremos, pero es algo que tenemos que hablar. Porque aunque la idea de reunirnos es atractiva, hay que considerar que quien más y quien menos lleva algún tiempo sin jugar".

Quirós -que, por cierto, acaba de ser el feliz abuelo de un niño llamado Lucas- no oculta que hará todo lo posible por "recuperar el espíritu de aquellos años 80", unos años en que el equipo ovetense que capitaneaba, el Banco de Vizcaya, lo ganaba todo. Incluyendo dos Europeos de fútbol laboral, los de Inglaterra (1983) y Dinamarca (1985). De aquel victorioso plantel nos recuerda a sus otros integrantes: Tino (portero), Aumente, Juanjo Fernández, Vizcaíno, Julio Malcorne, Manolo, Amarildo, Paulino, Juanjo Vélez y Pepe López, con Pedro Estrada como entrenador. Lamentablemente dice que "Manolo y Estrada ya han fallecido, así como Aurelio Álvarez, jefe de Área del Banco y gran impulsor del equipo".

También Isidoro Sánchez espera convencer a los suyos para volver a vestirse de corto. Se trata en este caso de deportistas algo menos veteranos que los ovetenses, ya que la mayoría no han alcanzado los sesenta. Según comenta, les animó mucho lo que se publicó la semana pasada en LA NUEVA ESPAÑA, hasta el punto de que "recibí varias llamadas de compañeros gratamente sorprendidos por el reportaje. Creemos que sería bonito revivir aquellos años y además hacerlo en compañía de nuestro rival más complicado de entonces, un rival por cierto de gran nobleza, como siempre lo fue el Banco de Vizcaya".

También el técnico de los avilesinos nos recuerda a los integrantes de su plantel, cuyo hito fue el título de campeones de Europa logrado en Austria (1987), en la final disputada precisamente ante el Banco de Vizcaya. Se trataba de Alzueta (delegado del equipo), Lito (portero), Rosas (portero), Pedrín, Maxi, Valderas, Matilla, Ania, Alfredo, Roscales, Bustamante y Aramendi. Y da cuenta igualmente de tres penosas bajas por fallecimiento: "Además de Fran Lorente, nuestro jefe de los grupos de Empresa y sin cuyo apoyo el equipo no existiría, también nos dejaron Alzueta y Pedrín".

Avilesinos y carbayones, concluyendo, están decididos a avanzar en los próximos meses en sus gestiones para recuperar la final que tienen pendiente. Muy lejos de Rovinj -a 2.100 kilómetros- y habiendo transcurrido ya 26 años, pero con la idea de poner el broche a una página histórica del deporte asturiano.