Oviedo, Pedro RAMOS

El día después del cierre de la ampliación de capital en el Oviedo ha venido marcado por la silenciosa batalla que se está desarrollando entre bambalinas para hacerse con el poder en el club ante la próxima junta de accionistas. El tiempo corre en contra de los intereses de unos y otros. Las fiestas navideñas, que están dando los últimos coletazos con los Reyes a la vuelta de la esquina, dejan poco margen de maniobra hasta el día 18, fecha fijada para la junta general de accionistas. Ese día se formará el nuevo consejo de administración del club, del que saldrá elegido el presidente que sustituirá a Juan Mesa. Control Sport Siglo XXII, nuevo máximo accionista del Oviedo, aspira a llegar a dicha junta con la mayoría absoluta, pero para ello tiene que completar sus 800.250 euros con las delegaciones de otros accionistas que ayer mismo comenzaron a recoger en diferentes puntos de la ciudad.

Tras entregar al Oviedo el pasado 29 de diciembre un talón conformado por el Banco Pastor, Control Sport Siglo XXII se hizo con un paquete de 800.250 euros, convirtiéndose así en máxima accionista del club, por delante del abogado Celso González. En el momento de la compra, Alberto González, uno de los dos dueños de Control Sport Siglo XXII, se quedó con el correspondiente «recibí» emitido por el Oviedo. Sin embargo, ese documento no es válido legalmente para acudir a la junta general de accionistas del próximo día 18. Según marca la ley, para que los representantes de la sociedad que ahora es máxima accionista del Oviedo puedan acudir a la junta necesitan un certificado de los títulos comprados y el único miembro autorizado para firmar ese documento es el secretario de la junta, el abogado Marco Pintado, que es consejero gracias al apoyo accionarial del ex presidente Eugenio Prieto.

En la batalla por el poder cada uno está moviendo sus peones según sus intereses. Y Eugenio Prieto ha comenzado a mover los suyos. El ex presidente ha recibido de Control Sport Siglo XXII una oferta en firme de compra de sus acciones, tanto las que tiene a título personal como las que están intervenidas judicialmente por un proceso de liquidación de una de sus empresas. Prieto rechazó de plano la oferta y está a la espera de posicionarse con vistas a la junta general. Mientras, Control Sport Siglo XXII está en una lucha contra el reloj para poder tener el certificado firmado por Marco Pintado antes del día 15, tiempo máximo autorizado legalmente para poder presentarse a la junta de accionistas. Según advertía a última hora de la tarde de ayer el presidente, Juan Mesa, todo el papeleo de las acciones estará listo para el próximo lunes 8 o el martes 9, a más tardar.

En esa carrera contra el tiempo, los nuevos máximos accionistas del Oviedo están intentando recabar la mayor cantidad posible de delegaciones de acciones antes del sábado día 13, fecha máxima autorizada para que esas delegaciones tengan validez ante la junta. Hay que presentarlas en el club con 5 días de antelación a la fecha de celebración de la junta.

De completar estos requisitos legales, Control Sport Siglo XXII, como máximo accionista del Oviedo, podrá formar un nuevo consejo de administración y elegirá presidente.

Dos inversores

Control Sport Siglo XXII está participada al 50 por ciento por Alberto González y Saturnino Suárez. Son los dos únicos inversores de la sociedad. Ambos empresarios son promotores inmobiliarios y Saturnino Suárez, además, constructor, a través de su empresa Proescor.

La sociedad Control Sport Siglo XXII estaba participada por Alberto González y el ex jugador del Oviedo Juan Mata, pero carecía de actividad mercantil. El viernes 29 de diciembre, a las 9.30 horas, Juan Mata firmó ante el notario ovetense Manuel Tuero Tuero la cesión de su participación en la sociedad a Saturnino Suárez. A partir de ese momento, González y Suárez pusieron 400.000 euros cada uno para acudir de inmediato a las oficinas del Oviedo en el Carlos Tartiere a comprar el que ahora es el paquete mayoritario de acciones y adelantarse así a las intenciones del empresario y constructor alicantino Francisco Gómez.

A partir de ese momento, Alberto González, también presidente del Lacera Naranco de balonmano, se convirtió en el abanderado de Control Sport Siglo XXII, mientras que Saturnino Suárez, de momento, ha preferido mantenerse en un segundo plano y quedarse con el papel de inversor en la sombra. La sociedad, en nota de prensa, descartó cualquier tipo de relación, «ni personal ni profesional», de sus dos únicos inversores con Celso González.

Alberto González y Saturnino Suárez buscan ahora otros inversores que se conviertan en accionistas del Oviedo a través de la compra de participaciones en Control Sport Siglo XXII, pero hasta ayer no habían encontrado a nadie.