Unos quinientos aficionados recibieron ayer a mediodía en la estación María Zambrano de Málaga a la selección española de fútbol al grito de «Raúl», al que reclamaron en el combinado nacional al paso del seleccionador, Luis Aragonés. Los aficionados esperaban a los convocados por el técnico en la salida de la estación y a las puertas del hotel donde se hospeda el equipo nacional. Allí fueron vitoreando uno a uno a los jugadores de Luis, aunque insistieron en sus gritos a favor del madridista Raúl al paso del seleccionador. Ante este clamor, Luis Aragonés -en la imagen, al llegar a Málaga- comentó que «respeto la libertad de expresión. Cada uno es muy libre de pensar lo que quiera» y que él actúa de acuerdo a lo que le dicta su conciencia.