Barcelona / Oviedo

Caso cerrado. O casi. Con la belicosidad de los medios británicos menguada en intensidad, el desagradable asunto de los insultos racistas a Lewis Hamilton en Montmeló ha pasado a segundo plano. Los responsables del circuito anunciaron que serán inflexibles con aquellos que muestren actitudes xenófobas y que preparan un paquete de medidas para reforzar la seguridad y evitar cualquier tipo de incidente, tanto en las próximas sesiones de entrenamientos como en el Gran Premio del próximo abril.

Desde España, la Federación y el Consejo Superior de Deportes expresaron su condena más enérgica. Mientras, el director del Circuito de Cataluña, Ramón Praderas, censuró los hechos y anunció que serán inflexibles en el futuro. «Se están estudiando medidas en colaboración con la Policía autonómica y con los servicios de seguridad del circuito, que se reforzarán en los próximos entrenamientos, pero no se puede generalizar teniendo en cuenta las acciones de diez o quince personas frente a los 50.000 espectadores que estuvieron allí el fin de semana», se quejó Praderas, al considerar que la cobertura mediática de los hechos «sacó las cosas de contexto». No obstante, reconoció que «hubo personas que tuvieron un comportamiento muy censurable, a las que inmediatamente desalojamos». Praderas anunció mano dura si llegasen a producirse castigos. «En el caso de sanciones, el Circuito de Cataluña se reserva la posibilidad de acciones judiciales contra los causantes de los incidentes, a los que podemos identificar gracias a las cámaras de seguridad». En esa línea se manifestó el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, que pidió «que se aplique la ley contra quienes mostraron actitudes racistas».

En McLaren han guardado silencio. El propio Hamilton restó importancia al asunto. Dijo sentirse «triste», pero matizó que era un «enamorado de España, y en especial de Barcelona». En la cúpula del equipo sólo se ha manifestado Norbert Haug, la mano derecha de Mercedes en la escudería. «España tiene que resolver este problema de una minoría lo antes posible, y que ya no sea un asunto para la carrera de abril, porque en la Fórmula 1 no hay hooligans, y si hoy fue Hamilton, mañana puede ser otro».