La llama olímpica llegó ayer en medio de extremas medidas de seguridad a Pekín, la ciudad que acogerá los Juegos del 8 al 24 de agosto, después de un accidentado recorrido por Grecia en el que se topó con las protestas de tibetanos y partidarios del boicot a las Olimpiadas. El presidente chino, Hu Jintao, se encargó de prender el fuego olímpico en un altar en la plaza de Tian Anmen -momento que recoge la fotografía-, para a continuación entregar la antorcha al atleta local Liu Xiang, plusmarquista mundial y campeón olímpico de los 110 vallas, con lo que comenzó oficialmente el relevo que llevará la llama a un periplo de varios meses por una veintena de países de los cinco continentes en lo que será el relevo más largo de la historia olímpica: 137.000 kilómetros.