La suerte está echada. No, no se trata de la solución del ascenso, que queda pendiente de la suma rojiblanca en los once encuentros pendientes (treinta y tres puntos, damas y caballeros, que ya son puntos). El Molinón reformado, si es que alguna vez se reforma, que la cosa va para muy largo, contará con 25.320 asientos. Ni uno ni más ni uno menos. El aforo queda por encima del exigido por la UEFA para las competiciones internacionales, exigencia que luego queda en nada porque se juegan partidos en campos más pequeños. Los asientos son los que son y el campo se quedará pequeño los días de partido grande en Primera.

Conocido un dato clave para el futuro rojiblanco, atenta la compañía, que vienen curvas. Si el Sporting consuma el ascenso, la gran cuestión de aquí al 15 de junio, volverá a una categoría que nunca debió perder o que, en todo caso, tendría que haber recuperado antes. Pero los ciclos son los ciclos, y no hay más vueltas que dar a la cuestión. Ahora hay que sumar los puntos precisos para el regreso.

El mundo de los finos analistas de los distintos centralismos que padece el fútbol español se ha convertido en el escenario donde se falta al respeto a los modestos en cada jornada. En los viejos tiempos, cuando los locutores cantaban los goles sin histerismos y se analizaban los partidos desde el juego y la actuación individual, y no como ahora en que se analizan desde la gracieta, un Real Madrid o un Barcelona caían en «provincias» y se elogiaba el juego del rival. Ahora, no; ahora el modesto gana por el desastre del grande. Supera el Almería al Real Madrid, que lo superó, y los andaluces no tuvieron ni un mérito. Todo fue culpa de Schuster, que mira mal a no se sabe quién, o de ese jugador que no cae simpático porque no saluda al dejar el entrenamiento. Cae el Barcelona ante el Betis, una remontada gloriosa de los sevillanos, y todo es obra del entrenador azulgrana, que es un triste o de un jugador azulgrana que no anda muy sobrado de compromiso. El Betis, el Almería, el Racing o el Deportivo, que tienen profesionales que conocen de pe a pa el oficio, no cuentan. Triste panorama. «Mondo cane» en el que los pájaros disparan a las escopetas.

Menos mal que pasado mañana está previsto que se deje ver en Oviedo y Pola de Laviana (¡Laviana, a tope!) Darek, el ex novio de Anita, incapaz de lucir un vestido de novia, como Cecilia, la ex de Sarkozy, oscurecida por Carla, señora de. Darek cobra doce mil euros por presencia, que ya es cobrar. A ver lo que le dura la bicoca actual.