Gijón, Víctor RIVERA

«Ojalá hubiese euforia y los futbolistas pensasen que son un equipo en ascenso; la bronca de hoy ha ido encaminada a que no me gusta nada que la gente se asuste». Ésta fue la respuesta de Preciado cuando se le preguntó si tenía que frenar la euforia del vestuario tras haber llegado al tramo decisivo de la competición en una situación de privilegio. La respuesta del técnico fue tan sorprendente como preocupante. Y es que Manuel Preciado parece haber visto asustado a su equipo. El entrenador insiste en que hay que ser valiente y por eso ayer mantuvo una reunión con los futbolistas en el vestuario en la que les recriminó su actitud.

«Tenemos que valorarnos a nosotros mismos porque después de 31 jornadas estamos en ascenso». El técnico repite el mensaje para intentar que cale en el vestuario. Son los inconvenientes de una plantilla joven. Preciado sigue con su reflexión y argumenta que «si este equipo, ahora mismo, no tiene motivación, juegue contra quien juegue y en la situación en que esté, sería como para colgarnos del palo mayor».

Cuando se le pide que concrete el mensaje que les ha lanzado en el vestuario, Preciado detalló que les pidió que «se crean la situación en la que estamos y a la que hemos llegado con nuestro trabajo». El entrenador es el que mejor conoce a sus futbolistas y parece claro que Preciado vio cosas que no le gustaron en el partido de Balaídos. Por eso, el técnico ha querido darles un toque de atención a sus jugadores. «Seguramente habrá equipos mejores que éste en muchos aspectos del juego, en calidad individualÉ pero este equipo es muchos mejor que otros en otras cosas», valora el entrenador rojiblanco.

Preciado evitó hacer análisis muy exhaustivos de la jornada porque «seguimos muy parecidos a hace una semana, como cabía esperar esto va a ser una pelea hasta el final que se prevé muy dura». A ratos, Preciado se mostró incluso duro. Por ejemplo, cuando matizó que «la jornada ha sido productiva por el resultado de los demás, no por el nuestro». La conclusión es clara: «En Vigo no jugamos un buen partido, sobre todo no jugamos una buena primera parte que pudo echar al traste el partido. Quizá sea el peor primer tiempo que hemos hecho». Preciado reconoció que lo normal hubiera sido que su equipo perdiese en Vigo. «No diría que estuvimos a merced del Celta, pero casi y ellos, sin hacer demasiado, nos generaron cinco o seis ocasiones de gol, lo que no es muy normal», lamentó, para concluir que «en esas circunstancias, lo normal es perder. En Vigo tuvimos el santo de cara o el acierto en la portería, pero creo que tenemos que mejorarlo».

El entrenador rojiblanco pide a sus futbolistas que den un paso al frente ante la trascendencia de los once partidos que tienen por delante. «Tenemos que ser un equipo mucho más valiente de lo que fuimos el otro día y asumir mucho más los duelos personales con el rival y no meter el culo tan atrás», demandó Preciado. Además de meterse atrás, Preciado lamentó que «en Vigo defendimos bastante peor que otras veces y ahora hay que analizar las causas». No todo fueron críticas a su equipo y reconoció que «en la segunda parte se mejoró mucho y conseguimos sacar un punto, pero en circunstancias normales podríamos estar hablando de una derrota».

El técnico rojiblanco, que no quiso hacer cuentas, se mostró optimista con la fortaleza de su equipo en casa: «Vamos a ganar muchísimos puntos en casa y eso nos tiene que dar una buena cuota del objetivo. Si no, no lo conseguiremos, porque ahora mismo es difícil puntuar fuera».