Cangas de Onís,

J. M. CARBAJAL

El primer salmón de la presente temporada en la cuenca del Sella fue echado a tierra a primera hora de la tarde de ayer, miércoles, en la zona libre de L'Arcu (la misma que dio el campanu en la anterior campaña), y fue capturado por el veterano ribereño Julio Ampudia Prieto, de 71 años de edad, vecino de Collera (Ribadesella). El ejemplar picó a cebo natural (quisquilla cocida y merucu), siendo su peso en la báscula del centro de información y precintaje de El Portazgo (Cangas de Onís) de 5,500 kilogramos.

«Peleé con él unos veinte minutos», explicó Julio Ampudia, quien contó con la ayuda del también riosellano Carlos Blanco en el preciso instante de echarle la sacadera. Para el afortunado pescador, jubilado de las tareas del campo, era su primer campanu, tras más de cincuenta años practicando una de sus actividades deportivas favoritas. «Ya comencé a pescar a los 14 años, cuando vivía en Margolles», rememoró Ampudia, que en la pasada temporada salmonera de 2007 logró el cupo establecido de 8 ejemplares.

El campanu del Sella, que salió después de transcurridas dieciocho jornadas desde el arranque de la nueva campaña salmonera en aguas continentales asturianas, fue adquirido por el empresario hostelero cangués afincado en Madrid Fernando Caso Rodríguez, dueño del afamado restaurante-sidrería El Ñeru, uno de los templos de la gastronomía astur en la capital. Fernando Caso, hijo del recordado Vicente Caso Coviella, con raíces familiares en la localidad de Intriago, desembolsó por el primer salmón de la estrenada temporada en las aguas del Sella la cantidad de seis mil euros.

Previamente, Julio Ampudia pasó a recoger el bonito trofeo que acredita al pescador que saca el campanu del Sella, otorgado en las últimas temporadas por el hostelero José Ramón Lanza, gerente del Mesón El Puente Romano, en Cangas de Onís. Allí, en ese mismo lugar, el ribereño de Collera cerró telefónicamente, al filo de las cinco de la tarde, el trato de compraventa del ejemplar con el propietario de El Ñeru, quien se desplazó desde Madrid hasta la ciudad canguesa para recoger el hermoso «rey del río» -tenía ochenta centímetros de longitud- y abonar lo acordado entre ambas partes.

La del Sella fue la única captura de la jornada de ayer, buena en lo climatológico, pero con la mayoría de los ríos en mal estado para la pesca. Pese a todo, se mantuvo la actividad en cotos tradicionales, como Piedra Blanca en el Esva, o Arenas, del Narcea. También hubo pescadores en la zona libre cerca de Cornellana, pero el Narcea baja con mucha agua. La ausencia de lluvias y el cierre del embalse ayudarán a mejorar la situación.

También hay buenas perspectivas para el Cares, donde los ribereños siguen intentándolo en los cotos y en la zona libre de La Torre. En breve esperan reanudar la cuenta de capturas.