Avilés, I. U.

El entrenador del Navarro, Julio Arniella, anda extrañado por el escaso ambiente de derbi que aprecia en Avilés. La causa, para el técnico, son los problemas extradeportivos del conjunto vecino, que han solapado el habitual compadreo que precede a un partido de estas características. Encuentro que, como su presidente, está seguro que tendrá color azulgrana.

«Los aficionados están más pendientes del cambio de entrenador y del incidente de Langreo que del derbi», aseguró el de Valliniello, que quita hierro al discreto mes de abril de sus pupilos. «Ha sido poco productivo porque nos hemos enfrentado con rivales fuertes y por las bajas, pero ahora recuperamos muchos efectivos. A pesar de los malos resultados me siento satisfecho con el nivel de juego, este equipo compite muy bien», apuntó el técnico.

Sobre el rival, como a todo avilesino, a Arniella le cabe la duda del efecto que puede tener la llegada de un nuevo responsable del banquillo. «No creo que haga muchos cambios y creo que vamos a tener la posesión del balón. El Suárez Puerta es un campo que se nos da bien, nos sentimos cómodos y podemos desarrollar nuestra velocidad de tres cuartos para adelante», explicó. El entrenador considera que la calidad individual de los blanquiazules no se ha reflejado en el juego colectivo y achacó la mala situación deportiva a la infinidad de problemas ajenos a esta parcela que sufrieron a lo largo de la campaña. «No cumplieron las expectativas y han ido siempre a remolque».

El morbo añadido de sonar como candidato a dirigir a los avilesinos el próximo año no parece preocupar a Arniella, que echa balones fuera. «Son rumores y especulaciones, no me distrae. La negociación de mi futuro no es un tema prioritario y, por supuesto, el primer club con el que hablaré será el Navarro». El técnico prefirió no hacer un pronóstico y por contra aseguró que el objetivo de su equipo es clasificarse para la Copa, «no quedar por delante de nadie».