Gijón, Víctor RIVERA

Kike Mateo podrá jugar media hora mañana en La Rosaleda. El murciano, que iba a ser baja por un mes, se ha perdido sólo tres partidos. David Barral recibirá el próximo lunes el alta médica, cuatro semanas después de producirse una lesión que se había previsto que lo tuviera de baja durante dos meses. Como los milagros no existen, las recuperaciones anticipadas se deben al esfuerzo conjunto y al buen hacer de los servicios médicos y de los fisioterapeutas, y al esfuerzo individual de los propios futbolistas. Sin embargo, un nombre se repite constantemente como el máximo responsable: Lorenzo del Pozo.

«Los responsables somos todos. El equipo médico ayuda, pero lo fundamental es que los jugadores trabajan para recuperarse y para intentar acortar plazos», ataja el fisioterapeuta-recuperador. Lorenzo del Pozo; extrovertido y amable en el trato diario, se confiesa tímido a la hora de salir a la luz pública. Este fisioterapeuta llegó al Sporting de la mano del jefe de los servicios médicos, Antonio Maestro, con quien ya había trabajado en el Gijón Baloncesto. A día de hoy compatibiliza su actividad profesional en el Sporting con la atención de su clínica privada, en la que también es fácil encontrar a muchos de los mejores deportistas de la región.

Como no podía ser de otro modo, Del Pozo huye del protagonismo individual y reparte méritos con sus compañeros de trabajo: «Ya está todo inventado y la única receta es trabajar con un equipo bien coordinado en el que todos tenemos el mismo criterio. Médicos, fisioterapeutas, técnicos y jugadores tenemos que estar involucrados en el trabajo».

Lo cierto es que los elogios hacia su trabajo vienen de lejos. Casi tanto como las bromas sobre la carga de trabajo con la que «castiga» a los futbolistas que caen en sus manos. Muchos de ellos dicen estar «más finos» que sus compañeros cuando regresan de sus lesiones. «Tengo agujetas hasta en la lengua», bromeó Barral al comentar su trabajo con Del Pozo, y bromea con que «es mejor no estar lesionado, porque te hace ir a la montaña y visitar todos los picos de la zona».

En términos muy parecidos se pronunciaba ayer el entrenador rojiblanco, Manuel Preciado, cuando era cuestionado sobre el estado físico de Kike Mateo: «Supongo que estará bien, a falta del lógico ritmo de competición. Aquí el que está lesionado casi trabaja más que el que no lo está, porque le toca Lorenzo del Pozo, que es como un castigo de Dios». El propio Lorenzo del Pozo no evita la broma y confiesa que «procuro darles toda la caña que aguantan, sin que rompan, porque hay mucha faena que hacer».

Y es que el buen estado físico en el que se mantiene el recuperador hace que pueda salir a correr junto a los futbolistas e incluso marcarles el paso, por lo que no tienen un segundo de tregua. «Con Lorenzo tenemos la suerte de que él está muy bien preparado físicamente, con lo que hace también las cargas de trabajo y ve en cada momento las reacciones del jugador», agradece Gonzalo Revuelta, médico del club.

Una cosa es el estado físico y otra el ritmo de competición, y los músculos que trabajan habitualmente cuando se juega a fútbol. Eso ya se escapa a la mano del fisioterapeuta, quien bastante tiene con tener a la plantilla recuperada cuanto antes. «El objetivo es que la evolución de la lesión vaya marcando los plazos», explica, para abundar en que «es un trabajo duro y muchas veces los resultados no son tan buenos, así que también presta cuando las cosas salen bien».

Esta semana soplan buenos tiempos para el cuerpo médico y sus auxiliares. Andreu es el único inquilino de la enfermería, y el sportinguismo recupera antes de lo previsto a Kike Mateo y David Barral, dos de sus ídolos.

Del Pozo se muestra encantado con la posibilidad profesional de trabajar en el Sporting. «Es un trabajo que me gusta mucho y encima estoy bien tratado y bien considerado», agradece el recuperador rojiblanco, para concluir que «el sueño de cualquier fisioterapeuta del deporte es trabajar con profesionales, y soy consciente de la suerte que tengo por estar aquí».