Gijón, Víctor RIVERA

Manuel Preciado sigue sin soltar prenda de cuáles son sus planes para el trascendental encuentro de mañana en La Rosaleda. El Sporting se enfrentará al gijonés Muñiz, un hombre que conoce a la perfección al equipo rojiblanco, y el técnico cántabro evita dar más pistas de las necesarias. En cualquier caso, a estas alturas de la competición todos los equipos se conocen al dedillo. «No me gusta que mi grupo sepa con cinco días de antelación quién va a estar, salvo que me interese que un jugador en concreto lo sepa», justificó Preciado, para añadir que «prefiero que todos vayan predispuestos a competir y a pelear; quiero que estén muy metidos los 19 que van a viajar».

Así las cosas, ni los futbolistas están seguros de cuáles son los planes del técnico. Lo que sí está claro es que ambos equipos se juegan mucho más que tres puntos. A priori, Preciado no firma el empate: «Nosotros vamos a jugar para intentar ganar, y no sé si el empate sirve; depende». Preguntado acerca de la ventaja que supone jugar sabiendo lo que han hecho todos los rivales, Preciado matizó que «igual resulta que el sábado ganan todos y es peor el remedio que la enfermedad».

De lo que no cabe duda es de que el Sporting se va a medir a uno de los equipos más fuertes de la categoría, en un campo que podría llenarse por primera vez en partido oficial. «Jugar en un campo como La Rosaleda, que es nuevo y estará lleno, es una motivación extra», ataja el técnico, que ya avisó semanas atrás de que no quería que su equipo se asustase.

El potencial del Málaga es más que evidente; sólo hay que repasar que «lleva mucha parte del año como líder y el resto como segundo y mantiene una regularidad importante, a pesar de que últimamente ha bajado un pelín su eficacia». Tampoco hay consenso acerca de qué equipo se juega más. «Si les ganamos les meteremos una buena dosis de presión, pero si nos ganan nos dejarán a ocho puntos», apunta el entrenador rojiblanco.

El Málaga, que llegó a tener una gran ventaja en muchos momentos de la competición, pasa por horas bajas y sólo ha sumado un punto de los últimos nueve. Con todo, Preciado no detecta síntomas de debilidad en los de Muñiz: «Están jugando igual que siempre, pero con un pelín menos de eficacia. Antes metían todo lo que tenían y ahora no».

El entrenador rojiblanco lanza un mensaje de optimismo al sportinguista cuando recuerda que «si ganamos, habremos dado otro paso más hacia la meta, y si perdemos no habría nada acabado».