Oviedo, Mario D. BRAÑA

Muy visto en Gijón y poco valorado en Sevilla, Mario Cotelo se ha graduado como futbolista en Getafe cuando su carrera parecía enfilar la cuesta abajo. El langreano es el segundo capitán del «Geta» y tiene el aprecio de todos los sectores del club. «Es una persona muy equilibrada y un gran profesional», dice el secretario técnico del club madrileño, Santiago Llorente. Hoy, además, puede levantar el primer trofeo de su carrera profesional: «Es un buen momento para que el Getafe gane la Copa».

Tras la experiencia del año pasado, cuando no pudieron con un Sevilla en racha, Mario y sus compañeros afrontan la final de Copa de hoy con otro talante. Ni siquiera temen que les pase factura el partido frente al Bayern: «Moralmente, el equipo salió reforzado. El viernes estuvimos un poco fastidiados, pero después nos dimos cuenta de que hicimos algo grande».

Otros factores también le animan a pensar que «es el momento» del Getafe: «El año pasado llegamos más castigados físicamente a la final porque fue en junio, una semana después de acabar la Liga. Ahora también llevamos muchos partidos encima, pero cae dos meses antes y el entrenador rota mucho. El rival también es distinto. El Sevilla era un equipo mucho más regular que el actual Valencia, aunque en la Copa ha hecho buenos partidos y es engañosa su posición en la Liga».

Cuatro años después de su ascenso, el Getafe ha dejado atrás las etiquetas de equipo de moda o revelación. No sólo es un club asentado en Primera, sino que se ha convertido en un «coco» en los torneos por eliminatorias. Ahora sólo le falta un título: «Es el momento del Getafe porque quizá no tengamos más oportunidades de ganar algo, aunque también lo decíamos el año pasado».

Tampoco Mario tendrá muchas más oportunidades de tocar la Copa. En junio de 2010, cuando finaliza su contrato con el Getafe, tendrá 35 años y será el momento de plantearse la retirada. Mario Gutiérrez Cotelo (Pando, Langreo, 16-2-75) es considerado un jugador de club por muchos motivos. Por su regularidad, por el ejemplo que da a los compañeros y, sobre todo, por anteponer los intereses del equipo a los suyos. Por eso ha sabido aceptar un papel secundario en el equipo, incluso reconociendo la labor de Laudrup.

«Siempre hay alguna temporada en que te toca jugar menos», reflexiona Mario. «Además, con 33 años he aprendido mucho. Tanto Laudrup como sus ayudantes, Jensen y Milla, ven el fútbol de la misma manera. Entrenan como lo hacía el Barça de Cruyff y buscan siempre el juego ofensivo. Es un estilo que gusta a la gente, aunque es arriesgado. No ganamos el primer partido hasta la octava jornada, pero la directiva aguantó y ahora se ven los resultados».

Su escasa participación en la primera parte de la temporada ha permitido a Mario llegar como un tiro a la recta final: «Me encuentro muy bien y espero jugar porque una final de Copa es distinto a todo». Además de su experiencia del año pasado, el Getafe juega con la ventaja de su modesta condición: «Nos beneficia estar a la sombra del Madrid y el Atlético, que nos eclipsan».

De reojo, Mario sigue la Liga de Segunda División, con la esperanza de que el Sporting consiga el ascenso que se le escapó en 2004, entre otras cosas por el impresionante sprint final del Getafe: «Si el Numancia subió tres o cuatro veces en diez años, al Sporting ya le toca. Me gustaría volver a jugar en El Molinón lo antes posible. Y cuando me retire, me gustaría ver fútbol de Primera en Asturias».