Oviedo,

Celso A. SANJULIÁN

Adiós a otro grande del hockey asturiano. El encuentro Esfer-Vic del pasado sábado supuso la despedida para Esteban Guerra, que ha colgado los patines tras una tan dilatada como exitosa trayectoria. Fueron nada menos que 27 los años que se mantuvo en activo, en los que conoció bastantes más alegrías que sinsabores.

Uno de esos sinsabores fue el descenso del conjunto esferista, aunque Guerra no quiso irse sin tener su aportación a una última victoria ovetense. Precisamente él firmó el decisivo gol del 2-1, que, dentro de lo malo, admite que «fue un pequeño consuelo y por lo menos me permitió despedirme ofreciendo una victoria a los aficionados».

Esos últimos aplausos recibidos desde la grada de Fozaneldi perdurarán en el recuerdo de este deportista ovetense de 32 años. «Seguramente echaré de menos el hockey», confiesa Guerra, cuya decisión de retirarse «ya la había adoptado hace algunos meses y sabía que el 12 de abril esto se terminaba para mí».

En su último partido oficial no pudo evitar que aflorara «un cierto sentimiento de pena, pues fueron muchos años, nada menos que 27, calzando los patines», a lo que añade que «hubiera querido que mi adiós coincidiese con la permanencia del Esfer, así que por ese lado también me voy con un cierto resquemor».

Sin embargo, en el balance de su trayectoria pesan bastante más los éxitos, comenzando por sus dos títulos de campeón de España en categoría junior, uno con el Cibeles y otro con el Mieres. Recuerda Guerra que «incluso rocé un tercer título, y con un equipo distinto, el Areces, lo que hubiera supuesto un hito histórico en el hockey nacional».

Esos éxitos determinaron que diese el salto a la élite, la entonces División de Honor y ahora OK Liga, en la que jugó nada menos que durante 16 años. En esa dilatada etapa sus mayores logros los alcanzó con el Liceo de La Coruña, recordando con especial agrado «las participaciones en la Copa de Europa, en la Copa del Rey y en la Supercopa». Tampoco se olvida de «los ascensos a la élite con el Areces y con el Esfer, dos con cada uno, que supusieron momentos muy gratos por el cariño que me demostraron ambas aficiones».

Saturado de tanta competición y de tanto viaje, Esteban dice que «quiero pasar más tiempo con la familia». Así que no se plantea hoy por hoy seguir vinculado al hockey, lo que no descarta para más adelante: «En el futuro sí que me gustaría trabajar con equipos de base, porque tengo un sentimiento de gratitud hacia este deporte y quisiera devolverle al menos algo de lo mucho que me dio».

En esta hora del adiós, Esteban no quiere irse sin desear lo mejor para el Esfer y el hockey asturiano. De su club de los últimos cuatro años comenta que «tiene que recuperarse de este descenso, como ya hizo otras veces, e intentar volver a la élite». Y en cuanto al hockey en la región, no esconde que «lo veo un poco tocadillo, aunque siempre hay que tener esperanzas. Ahora mismo tenemos ahí al Areces y al Roller luchando por ascensos».