Gijón, J. E. CIMA

El teléfono móvil de Manuel Redondo no paraba de recibir llamadas y la habitación 629 del Hospital de Cabueñes no cesaba de recibir visitas para animar al futbolista del Sevilla Atlético, que sufrió en el partido frente al Sporting la fractura de tibia y peroné. A las 13 horas llegó Bilic, el delantero centro del Sporting, con el que sufrió el fatal golpe y los dos se fundieron en un abrazo. El goleador rojiblanco se disculpó por el percance y el zaguero, de 23 años, fue precisamente quien le levantó la moral al croata porque fue una jugada fortuita.

Media hora estuvieron hablando el delantero y el defensa accidentado. La noche anterior ya Bilic habló por teléfono con Redondo para interesarse por su estado. Ayer, al mediodía, Bilic le llevó un rosario y una libreta de apuntes y con fotos del santuario croata Medjugorje para que «le ayude a recuperarse pronto, tanto de la intervención quirúrgica como en la rehabilitación. Esta Virgen tiene buen efecto, es una como la de Covadonga, Fátima o Lourdes y espero que le ayude».

Bilic reconoce que «por la noche estaba triste por la lesión del joven Redondo y di muchas vueltas a la cabeza y dormí poco. Me dispuse a chutar a puerta con mucha fuerza al balón cuando Redondo metió allí el pie. Me di cuenta de la gravedad porque sentí el ruido de sus huesos al romperse como el chasquido que hace una rama. Al levantar la pierna ya se la vi rota y me eché las manos a la cabeza nervioso por lo cruel que era la lesión. Y pedí ayuda para que vinieran los médicos y no pude mirar más».

Tras hablar con Redondo en la habitación de Cabueñes, acompañado del médico Gonzalo Revuelta y el delegado rojiblanco Francisco Sanz y el médico sevillista Juan José Jiménez, Bilic explica que «ahora estoy ya mejor. Redondo anímicamente es muy fuerte y me dijo que no me preocupe que se recuperará bien de esa jugada fortuita. Incluso me dio moral a mí. Es un chico muy majo y estaremos en contacto durante toda su recuperación».

Redondo agradeció «el detalle que tuvo de venir a verme y darme ánimos. También me trajo el rosario. Eso demuestra la buena persona que es. Le dije que la otra lesión de diez meses fue más grave y que me recuperaré mejor de ésta. También que ya nos veremos jugando de nuevo».

La jugada de la lesión, según Redondo, fue que «quise tapar el disparo de Bilic y me llevé todo el golpe. Sentí un ruido y toda la zona caliente. Al mirar la pierna la vi destrozada y le dije al portero Varas que pidiera el cambio que tenía la pierna rota. Es una pena, pero son cosas del fútbol. Estoy muy agradecido a todo el Sporting y a su presidente que me llamó para animarme».