Oviedo, Á. F.

Son algunos menos que en años anteriores pero con idéntico entusiasmo. La marea azul mengua en número, baja en Montmeló pero gana en calidad. Acuden los aficionados más incondicionales de Fernando Alonso, y los verdaderos amantes de la Fórmula 1, los que no miran a la clasificación y sí al espectáculo. El colorido de la Tribuna N, reducto de los seguidores españoles, no se resentirá en absoluto. Una gran bandera asturiana y dos españolas, más pequeñas, presidirán el graderío. Esta tarde partirán los primeros autobuses de aficionados hacia Montmeló. El goteo continuará mañana para los que viajan por carretera y se completará el sábado, para los que han elegido desplazarse en avión.

Los primeros seguidores asturianos organizados comenzarán a dejarse notar en el circuito a partir de mañana. Se bajarán del autobús y acudirán directamente a la instalación para preparar el «material de guerra». Colocarán en el graderío el nuevo banderón del Club F-1 Oviedo, de casi 100 metros cuadrados, y coronarán la parte alta de la tribuna con numerosas banderas asturianas. El código «obliga» a vestir de azul para convertir su zona del circuito en un auténtico mar volcado con Fernando Alonso. Se esperan mil asturianos en el circuito, entre los entusiastas que viajan con la peña ovetense y los que los hacen con la peña Asturias F-1. Ambos grupos añaden seguidores de otros puntos de España, por lo que la presencia de aficionados más o menos organizados rondará los dos mil.

Uno de los platos fuertes del fin de semana es la espicha con sidra y bollos de chorizo que el Club F-1 Oviedo tiene preparada para la tarde del sábado, cuando haya terminado la sesión de clasificación. Será en Parets del Vallés, a un kilómetro escaso del circuito, donde el Ayuntamiento de la localidad facilita a los asturianos un terreno apropiado para el festejo.

Por la noche, para los más animosos, habrá fiesta en una discoteca de Pineda del Mar, donde se alojan los aficionados, por primera vez agrupados en una misma población, gracias a la menor asistencia de espectadores. «Solíamos ir a Malgrat, pero allí es imposible estar todos este año porque muchos hoteles ni siquiera han abierto todavía», explica José Vicente García, presidente del Club F-1 Oviedo, para ofrecer un ejemplo del descenso del interés por el Gran Premio entre la afición española.