Montmeló (Barcelona),

Andrés VELASCO,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

Tras un agotador viaje de catorce horas que se inició en la tarde del jueves, los aficionados asturianos reunidos por la peña F1-Oviedo llegaron ayer al circuito de Montmeló, donde asistieron a los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de España, tras lo cual el grueso de la expedición se fue a descansar y reunir fuerzas para un fin de semana que se presenta muy intenso.

Sólo un reducido grupo de valientes se atrevió a ver la segunda sesión de entrenos libres, en la que Alonso marcó un esperanzador tercer tiempo. A la conclusión de la misma colocaron una gran pancarta de 14 metros en la tribuna N del circuito catalán.

El presidente de la Peña F1-Oviedo, José Vicente García, explicó que han fletado hasta 19 autobuses y que, junto a las personas que se desplazaron en avión o coche particular, conformarán una marea de más de mil personas que animarán sin descanso al campeón asturiano.

Además, la peña ha desplazado también un camión frigorífico que portará en torno a 1.200 botellas de sidra que se descorcharán hoy en una gran fiesta tras la calificación. El evento tendrá lugar en Parets del Vallés, y a él asistirán junto a los aficionados asturianos los vecinos del pueblo catalán. Ése no será el único acto festivo, ya que por la noche también habrá una pequeña fiesta para los más atrevidos.

El resto descansará y preparará sus gargantas para mañana, cuando tengan que poner toda la carne en el asador a la hora de animar y apoyar a Fernando Alonso en su camino hacia la meta. Tras la prueba, los aficionados regresarán a casa y esperan que con el mejor sabor de boca posible. Visto lo visto, habrá que conformarse con puntuar.