Montmeló (Barcelona),

Á. FAES,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

El Circuito de Cataluña le debe una a Fernando Alonso. La centralita que gestiona la venta de entradas para la carrera de hoy se colapsó ayer a media tarde, poco después de que el piloto asturiano lograse la segunda posición para la parrilla de salida. A media tarde, las previsiones de asistencia de espectadores se habían desbordado. De los 120.000 que se esperaba para la jornada de hoy, se pasó de golpe a una estimación de 135.000 espectadores, una cifra cercana a los 140.500 que presenciaron el Gran Premio de la temporada pasada.

Una vez más, el piloto se pone el disfraz de rey Midas del deporte, contribuyendo con sus éxitos a la buena marcha del negocio. El Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), organizador de la carrera, asumía el bajón de esta temporada. Achacaban el frenazo a la tardanza del piloto asturiano en confirmar equipo, pero el freno también lo ponía un R28 que no permitía alegrías. Parte de la culpa también se la llevó Valencia y la competencia del Gran Premio que estrenarán este verano. Pero ayer se desató la locura. Fernando Alonso se aseguró un lugar en la primera línea de la parrilla y desaparecieron todas las trabas para acudir a Montmeló. Las peticiones de localidades se multiplicaron y no hará falta tanto maquillaje para justificar el descenso de espectadores.

De momento, ayer aparecieron 115.000 personas en la instalación catalana, según datos oficiales, 4.000 menos que el año pasado.

Segunda posición para Fernando Alonso y alivio en el Circuito de Cataluña. Las previsiones iniciales suponían una buena cifra de asistentes pero el bajón respecto a la temporada pasada hacía daño. Cuando el asturiano se bajó del coche tras una vuelta perfecta, se subió al morro y saludó con los pulgares al cielo. La tribuna principal vibró. Euforia colectiva por una actuación inesperada, el ramalazo de un genio preparado para sacar lo mejor de su coche. El asturiano estaba exultante pero la tribuna del circuito tenía muchos claros. Es la zona más cara del circuito, donde una localidad supera los 500 euros sólo para la jornada del domingo. Ayer aparecieron muchos entusiastas dispuestos a rascarse el bolsillo por estar presentes en el que puede ser el primer podio de la temporada del ovetense. Un tipo que mueve a su alrededor 720 millones de euros, a pesar de que en el regreso a Renault haya cambiado la gloria de los primeros puestos por la lucha en la zona media de la parrilla.