Montmeló (Barcelona),

Andrés VELASCO,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

La Fórmula Uno no es sólo un mundo de chicos, y, entre las numerosas féminas que trabajan y pasean por el paddock, el Gran Premio de España cuenta con dos representantes asturianas. Se trata de Sonia López Álvarez y Tatiana Kuztnesova, dos jóvenes residentes en el Principado y que han sido seleccionadas por la escudería Red Bull para participar en el concurso que pone en marcha cada fin de semana de carreras.

La escudería de la marca del toro es una de las más glamourosas de la parrilla, con un espectacular motorhome con el que sorprende a todos sus invitados. Parte de ese glamour lo ponen las chicas que el equipo selecciona en cada país para participar en el certamen. Al final de la temporada, en el Gran Premio de Brasil, todas las ganadoras en cada uno de los grandes premios se ven la cara en la gran final, de la que sale la «chica Red Bull» del año.

Sonia López Álvarez tiene 27 años, es natural de Avilés y da clases en un colegio de Potes (Cantabria). Para ella, esta experiencia «está siendo fantástica, y es lo más cerca que vamos a estar nunca de sentirnos como se sienten los auténticos millonarios». La avilesina confiesa que «nos tratan de lujo y, aunque es todo muy cansado, se lleva muy bien».

La otra representante del Principado es Tatiana Kuztnesova. Es de origen ruso y vive en la capital del Principado, la ciudad que vio nacer a Fernando Alonso, desde hace dos años. A sus 29 primaveras, esta joven rusa trabaja como esteticién y se define como una persona «aventurera, amigable y comprometida». Al igual que Sonia, para Tatiana ha sido toda una sorpresa llegar aquí, porque «es algo que no te esperas de ninguna manera, ya que hay muchas chicas que se presentan a este casting y solamente diez son las privilegiadas de poder estar aquí».

Destacan sobremanera «el buen rollo que hay entre todas las chicas», aunque reconocen que «también se pelea duro por ganar». La agenda para estos cuatro días que las jóvenes comparten como miembros del equipo Red Bull Racing está repleta. Fiestas privadas, comidas, cenas, actividades acuáticas, visitas a los boxes durante los entrenamientos y un sinfín de tareas que, «aunque resultan agotadoras, la experiencia lo merece».