Avilés, I. U.

La desmotivación que la plantilla del Avilés deja entrever en cada uno de los partidos que ha disputado en las últimas semanas agotó el pasado domingo la paciencia del entrenador, Iván González. El técnico arengó a sus pupilos sin el efecto esperado y ayer, en el primer entrenamiento de la semana, prefirió dedicar el tiempo a corregir fallos en el campo, en lugar de perder el tiempo con una bronca.

La desidia del conjunto blanquiazul, comprensible, en cierta medida, ante las escasas perspectivas, ha llevado a Iván a mirar con lupa los ensayos con el objetivo de sacar en claro quién se merece entrar en el once titular. «Sólo voy a contar con jugadores que se impliquen», concluye el pixueto, que asegura no haber recibido ningún tipo de toque de atención del club a causa de las tres derrotas consecutivas que ha cosechado.

El entrenador tendrá ocasión de hacerse una idea de quiénes han abandonado el barco y quiénes lucharán hasta el final en el amistoso que el Avilés y el Praviano de Xiel disputarán mañana, a las 11.30 horas, en el estadio Suárez Puerta. «Es una buena manera de preparar el partido ante el Ceares. Voy a hacer hincapié en el juego aéreo, nuestra asignatura pendiente. Creo que nos han pesado mucho las numerosas bajas en defensa», explicó. El pixueto reconoció que los juveniles que se incorporaron la semana pasada a los ensayos del primer equipo podrían ganarse algún puesto, en detrimento de futbolistas más veteranos.

En la sesión de ayer en La Toba se ausentó Rubén Menéndez, que acudió al médico para revisarse uno de los tobillos. El resto de los lesionados, Valero, Goyo y Dani Granda, entrenaron al margen.