Lo primero que me gustaría es agradecer a LA NUEVA ESPAÑA el apoyo y la oportunidad de formar parte del homenaje que desde ayer se le rinde al desaparecido Julio Álvarez Mendo. Mi intención era hacerlo desde la bicicleta y en la competición, pero una serie de inexplicables despropósitos me han vuelto a dejar en casa, con la bicicleta colgada y la pluma en la mano.

La Subida fue sorprendente. Salió un favorito, Garzelli, muy valiente atacando desde lejos, aunque la falta de entendimiento en la fuga mermó sus fuerzas para el final. Por contra, los corredores portugueses mostraron una calidad de grupo muy grande y sus líderes, anecdóticamente catalanes, demostraron ser los más fuertes.

Para la Vuelta a Asturias que comenzará mañana creo que nos espera más de lo mismo al no haber un corredor que destaque por encima de los demás. Los tres primeros en el Naranco demostraron ser los mejores y sus equipos los más fuertes. Ahora veremos si sus directores confían en ellos y no dejan escapar la General, porque sino la victoria recaerá en algún corredor de los que ayer llegaron en un segundo grupo, pero siempre cerca de los primeros. Ya se sabe que el recorrido de esta edición de la Vuelta cualquier día puede resultar decisivo y no se podrá dar nada por resuelto hasta la última jornada.

Por último quiero felicitar al asturiano Raúl Santamarta, por la excelente carrera que realizó. Hace unos días compartimos entrenamiento por el mismo recorrido de ayer y cuando forzamos en las subidas, me di cuenta de que tenía un buen punto de forma. Así que cuando me pidió consejo, no dudé en recomendarle que fuera valiente. Lo fue y además colaboró en la escapada para ayudar a un compañero. Al final recogió el trofeo como primer asturiano. Le deseo, tanto a él como al resto de participantes en la Vuelta a Asturias, mucha suerte

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