Avilés, J. E. CIMA

El Principado está siendo un paraíso para Garzelli, todo un ganador del Giro y de pruebas y etapas en las mejores carreras del mundo. El italiano ya logró en la Vuelta a Asturias dos victorias, que es doblar lo que tenía en lo que llevamos de temporada, y aún quiere conseguir más. Garzelli aprovechó el repechón de la meta de Avilés para superar a todos en el sprint del pelotón, como hizo el día anterior en el sector matinal en Llanes. Esta vez, superando a su paisano Riccio y también a otro joven llanisco, Joaquín Sobrino, que ya está más cerca de estrenar su palmarés de profesional. Cuarto llegó el líder Vicioso, que intentaba sin éxito arañar las bonificaciones y, sobre todo, que no las tomara el gran rival de su equipo, LA Aluminios, Garzelli. Fue todo lo contrario, y ahora el italiano ya es segundo de la general por esas bonificaciones. Hasta Samuel Sánchez, ganador el día anterior de la crono de Llanes, buscaba repetir victoria y acabó sexto en el sprint de Avilés.

Velocidad histórica

El pelotón hizo otro vuelo rasante entre Llanes y Avilés, porque los 168 kilómetros se rodaron a una media de 44,599 km/h, que debe ser récord histórico en las carreteras asturianas en una etapa larga. Esa velocidad supersónica tuvo varias claves: primero, que los directores achucharon a sus ciclistas retrasados en la general para que fueran valientes y atacaran, para dejarse ver publicitariamente; segundo, porque los corredores respondieron a ese estímulo atacando desde la salida, aunque no les permitieron coger tiempo y les neutralizaban; tercero, porque tuvieron que ser hombres importantes los que lanzaron el ataque en plena subida a La Robellada para formar la gran escapada del día, y cuarto, que al tener algunos de los fugados menos de 3 minutos de retraso en la general, les tuvieron que perseguir los compañeros del líder Vicioso para no perder el maillot amarillo, y luego los equipos con sprinters, para neutralizar a los ocho fugados a las puertas de Avilés.

Suficientes argumentos para que la etapa, en vez de ser de relajación para los grandes ante la de hoy en el Acebo, resultó muy espectacular, y también, con tanta velocidad, es de las que merma muchas fuerzas. El grupo de fugados lo integraron Pujol (Burgos Monumental) y Melero (Orbea) -hijos de ex profesionales-, junto al poderoso Isidro Nozal (Liberty) y Carrasco (Andalucía-CajaSur), Diego Milán (Acqua Sapone), Manuel Vázquez (Contenpolis Murcia), Verdugo (Euskaltel) y Mejías (Saunier Duval). Cogieron rápido una ventaja de 2 minutos y en Cangas de Onís llegaron a los 3-25.

Fue la gran alarma en el pelotón, porque Mejías tenía en la general sólo un retraso de 2-50 y era virtual líder por más de medio minuto. Así que el LA Aluminios de Vicioso empezó a perseguir con más fuerza camino de Arriondas e Infiesto, y en Nava ya lo habían bajado a 2-53.

El tema estaba controlado. Fue al paso por Pola de Siero (km 110 y a 60 de meta) cuando los equipos con sprinters, caso de Tinkoff para Riccio, y Barloworld, para Hunter, iniciaron una feroz persecución. Se rebajaron las diferencias, pero en cabeza había muy buenos corredores y poderosos rodadores, especialmente el ovetense de origen cántabro Isidro Nozal, y no dieron el brazo a torcer.

A pesar de que en Cancienes, a 25 kilómetros de meta, tenían 1-46 de ventaja, ésta se rebajó a 40 segundos al primer paso por meta. Restaban 15 kilómetros, con paso por Las Bárzanas y Piedras Blancas, y los de cabeza aún no se rendían. Todos tiraban a muerte en cabeza para que llegara la escapada.

A 5 kilómetros de la llegada, cuando la fuga iba a ser neutralizada, Isidro Nozal demostró aún más su orgullo con un impresionante ataque, pero, con mucho esfuerzo, Barloworld y Tinkoff lograron neutralizarlo en las calles de Avilés. Con todo el trabajo de neutralización ya hecho y como le habían puesto a las puertas de meta, Garzelli, a 2 kilómetros, mandó a sus compañeros que le prepararan el sprint.

Lo hicieron, como siempre, a la perfección, como buenos especialistas, marcando un ritmo demoledor. Le dejaron a 250 metros de meta en pleno repechón. Garzelli arrancó con fuerza, y, aunque muchos le vigilaban, entre ellos el líder Vicioso, Riccio y Samuel Sánchez, ya nadie le pudo superar. Tan sólo Joaquín Sobrino intentó sorprenderle por un lateral, pero justamente el último compañero de Garzelli que le lanzó se echó hacia la izquierda para apartarse y estorbó al llanisco. Lo suficiente para que Sobrino disputara al menos el segundo puesto. Vicioso sólo pudo ser cuarto y vio cómo el italiano se le acerca más, superando a sus compañeros Tondo y Tino Zaballa.

Hoy toca la etapa reina, con salida en Pravia y final en el Acebo, en la que se espera una gran batalla, porque debe decidirse la ronda internacional.