Con el debido respeto y sin ánimo de molestar a la autoridad competente: en Rumanía han detenido a cuatro personas, al parecer enviadas por el multimillonario Becali, presidente del Steaua, rival del Sporting en la UEFA (qué tiempos), para primar a un equipo que se iba a enfrentar al gran rival por el título. En Rumanía, damas y caballeros. Aquí se sabe de primas a terceros, pero ni interviene la Federación ni la inspección correspondiente, que inspecciona lo fácil, no sea que alguien se enfade. Aquí lo importante es el pasillo, el paseíllo y el último modelo de las gafas de sol del delantero de moda. Mondo cane.

Mientras, los acontecimientos se disparan: Laporta anuncia lo que ya se sabía en la Patagonia, la llegada de Guardiola al banquillo del Barcelona. La goleada del miércoles y el enfado popular hay que taparlos con el regreso de un clásico. Un buen experimento porque si el único inconveniente del mediocentro es la inexperiencia, poco inconveniente es. Y el que lo dude que repase los libros de la historia futbolística a la que tan poco aficionados son los que creen que el fútbol es de anteayer. El imprescindible canal de historia al que se debe de acudir en caso de duda.

En el microcosmos de Mareo, mientras, felicidad casi completa. Hoy es jornada de viaje para jugar mañana ante un Tenerife que, en contra de lo que pudiera parecer, tiene un objetivo claro: quedar por encima de la UD Las Palmas, que viene remontando desde las profundidades de la tabla. Los tinerfeños, que todos los años aspiran al ascenso, llevan una racha doliente, pero el de mañana es uno de esos partidos ante los que no se fían los más finos analistas del lugar. Pero sale Kike Mateo, el gran líder rojiblanco, y tranquiliza a las masas: con la victoria en el Heliodoro y las de casa pueden salir las cuentas. Dice que él ha venido a Gijón para tres años y para subir a Primera al equipo. Gozosas palabras las del máximo goleador rojiblanco, que ve, como casi todos, los objetivos muy cercanos. El murciano suele ir al grano en el área rival y en la mesa de la sala de prensa del bondadoso y milagroso Molinón.

Cuando mañana comience el atardecer quedarán por jugarse cinco partidos, casi un suspiro en una Liga eterna como es la de Segunda A. Tres en casa y dos fuera, quince puntos para cerrar la temporada. Muy duro sería que el objetivo quedara sin alcanzar. Mejor ni pensarlo. La Segunda A de la próxima temporada va a tener un único aliciente: la casi segura presencia de Javier Clemente en el banquillo del Murcia. Van a dispararse las audiencias.