Gijón, Ángel CABRANES

El Paraninfo de la Universidad Laboral acogió ayer el acto de clausura del X Congreso de la IASE, Asociación Internacional de Economistas del Deporte, en el que desde el viernes se analizaron nuevas variables que en la actualidad afectan al mundo del deporte. Éste, junto al III Congreso de economía del deporte, celebrado el pasado jueves también en el Paraninfo, contribuye a que Gijón se esté posicionando como una de las ciudades punteras a nivel mundial en este campo.

Plácido Rodríguez, profesor de la Universidad de Oviedo y director de la Fundación Observatorio Económico del Deporte, una de las organizadoras de ambos eventos, presidió la mesa en el acto de clausura junto a Robert Baade, presidente de la IASE y catedrático de Economía estadounidense. Baade tuvo palabras de agradecimiento para «todas las personalidades y estudiantes que acudieron a compartir sus ideas y a formular nuevas preguntas sobre cómo las actividades deportivas generan cada vez más un gran volumen de negocio a su alrededor». El presidente de la IASE valoró muy positivamente la organización realizada en Gijón, que calificó de «responsable y comprometida», además de resaltar el espíritu «amigable de todos aquellos con los que ha compartido conocimientos a lo largo de estos dos días».

El estadounidense visitaba por tercera vez la ciudad asturiana, en la que este año han asistido al congreso que él mismo preside personas de lugares tan diferentes como Sudán o Taiwán, junto a profesores y catedráticos de diferentes universidades europeas. Baade reconoció «el importante papel que juegan las actividades comerciales generadas por el deporte», cuyos intereses han provocado «la aparición de doping y corrupción, problemas que vienen incluidos en la oportunidad financiera que brinda el deporte y a los que hay que perseguir para que no desvirtúen ambos aspectos». Su país de origen es uno de los mayores precursores del merchandising y el marketing alrededor de los estadios, pero aunque reconoce que fue uno de los pioneros, «no creo que hoy por hoy esté por delante de otros países en este aspecto. China, por ejemplo, es un país que está explotando a la perfección la imagen de una de sus estrellas del baloncesto», en referencia al jugador de los Houston Rockets Yao Ming. «China es un país que a corto plazo veremos convertirse en una de las mayores potencias económicas del mundo», reconoció Baade. Esto da una idea del importante papel del deporte dentro de la economía mundial, lo que Baade califica como un «fenómeno global, debido a que el deporte también es una práctica global».

Buena parte de las conclusiones a las que se llegó a lo largo de estos días en los que se celebró el congreso podrían ser utilizadas en las instituciones deportivas de nuestra región, de las que Baade demostró ser conocedor. «Sé que el Sporting de Gijón lleva 11 años jugando en Segunda División y que ahora la ciudad está expectante ante su posible ascenso», explicó. El mejor consejo que les dio tanto a los jugadores como a la institución sportinguista fue: «Sería importante que lograran este año subir a la Primera División. Esto ayudaría a la ampliación del estadio, que parece estar en estudio, lo que incrementaría la oportunidad de generar mayor riqueza para el club, ciudad y aficionados».

Una oportunidad para que Gijón sirva como nexo de unión para el intercambio de ideas entre expertos que ven en el deporte un campo de análisis básico para interpretar uno de los motores de la economía en la actualidad.