J. M. FELGUEROSO

Tapia de Casariego,

Las intenciones de Carrasco, técnico del Oviedo, de intentar superar el récord de puntos en una temporada se quedó sólo en eso, en una intención. El Oviedo sucumbió ayer ante un Tapia que saltó al campo de La Xungueira conocedor del triunfo matinal del Condal, su rival para librarse del descenso, por lo que no tenía otro remedio que ganar o ganar.

En cambio, el conjunto oviedista, que ayer salió de negro por coincidencia de colores con su rival, compareció en el campo con la idea de cubrir lo mejor posible el expediente y para ello Carrasco puso en liza a jugadores que no habían tenido muchas oportunidades a lo largo de la temporada, así como a otros hombres que habían salido recientemente de lesiones, para que fuesen cogiendo el ritmo de partidos con vistas a la fase de ascenso.

Tapia y Oviedo salieron con mentalidades bien diferentes. Los locales, sabedores de lo que se jugaban, arriesgaban al máximo en cada jugada, mientras que los oviedistas intentaban ser fieles a su sistema de juego tocando el balón. Pero entre que el campo no estaba para florituras y que los tapiegos no les dejaban maniobrar, el juego de los hombres de Carrasco no aparecía por ningún lado.

Canito a punto estuvo de sorprender a Iván tras un fallo defensivo de los oviedistas. Fue el primer aviso. Cierto es que ninguna de las dos porterías pasaba por peligro alguno, pero el balón estaba más en el campo del Oviedo que en el del Tapia gracias al empuje de los locales, apoyados por su público desde las gradas.

En el fútbol se deben aprovechar las oportunidades que se presentan. Y la primera llegó para los locales, pasada la media hora de juego. Un centro al área del Oviedo, con fallo de entendimiento entre Iván y su defensa, motivó que el portero tuviese que despejar con la cabeza un balón fuera de su área; pero lo hizo de manera deficiente y Bruno fue el más vivo de todos y, también de cabeza, superó a guardameta y defensa y abrió de esta manera el marcador. Las cosas se ponían a favor de los locales. Y mucho mejor se les pusieron cuando, dos minutos después, de nuevo Bruno remató un balón según le venía tras un centro de Orly desde la derecha. Los seguidores no podían soñar un resultado así. Dejar casi resuelto el encuentro a la media de hora de juego. El Oviedo lo intentó antes del descanso, pero más con el corazón que con cabeza.

En la segunda parte, Carrasco intentó, con los cambios, dar otro aire al equipo. Pero la situación no cambió. Sólo el juego se trasladó del campo del Oviedo al del Tapia, pero sin más, ya que el único disparo a portería lo realizó José Luis en el minuto 70 del encuentro y Aitor respondió bien. El Oviedo lo intentaba, pero el Tapia se defendió con seguridad y consiguió un triunfo que puede valer la permanencia mientras el Oviedo sufre un serio aviso.