Gijón, Eloy MÉNDEZ

«Creo que vamos a subir porque si digo lo contrario no sé qué va a pasarme». Así respondió ayer Manuel Preciado, entrenador del Sporting, a una de las preguntas que varios alumnos del Colegio de las Dominicas le formularon durante un coloquio sobre educación y deporte que el centro organizó dentro del marco de las I Jornadas culturales con las que dieron comienzo sus fiestas anuales. El técnico cántabro participó en el acto, moderado por el periodista de TPA Ricardo Rosety, junto al presidente del Grupo Covadonga, Enrique Tamargo; el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Gijón, José Ramón Tuero; el presidente de la fundación del Gijón Baloncesto, Pedro Ferrer, y el presidente de la Federación de Bádminton del Principado de Asturias y profesor de las Dominicas, Ignacio González.

Preciado se convirtió en el auténtico protagonista del evento y sobre él recayeron la mayoría de las preguntas que el público asistente planteó a los conferenciantes. Tras una breve intervención, en la que abogó por que el deporte sea una actividad complementaria de los estudios para los niños y en la que defendió la función de campus deportivos como el que se celebra en Mareo todos los veranos, al cántabro no le tembló el pulso a la hora de reconocer que en el fútbol existen primas a terceros, aunque «yo nunca tuve la suerte de recibir ninguna». Además, después de que uno de los asistentes pidiera «un monumento» para el «hombre que nos puede devolver a Primera», reconoció que en la élite «no existen los valores puramente deportivos». El toque de humor lo puso al decir que los padres que no «tienen modales» en los campos de fútbol deberían ir también a campus, «como el de Auschwitz».