Tenemos que creer que vamos a ganar», dijo Luis Aragonés tras recitar la lista. Sin faltarle razón al díscolo técnico, hay otros que ya han ganado. Es el caso de Santi Cazorla (Lugo de Llanera 13/12/1984, 168 centímetros-66 kg). El jugador del Villarreal salió el sábado del entrenamiento, se subió al coche y encendió la radio. Allí escuchó su nombre y paró el motor. Pensó en su padre (fallecido hace un año) y comenzó a vivir el sueño.

Un sueño precoz, precipitado, como toda su trayectoria profesional. Su primera convocatoria con la absoluta le lleva directamente a la fase final de Austria y Suiza. Parte de atrás sí, es el jugador 23 y tiene posibilidades de quedarse sin debutar, pero eso poco importa. Su talento, su polivalencia y, sobre todo, su exquisito toque, seña de identidad de esta selección, han asegurado su plaza. Y su enorme campaña en el Villarreal (35 partidos jugados, 5 goles).

Cazorla representa el dibujo de esta particular selección de Luis. De menuda figura, llega para completar esa otra lista a la que millones de españoles se agarrarán: la de los bajitos. Junto a Villa, Iniesta, Xavi, Cesc o Silva, el asturiano ofrece versatilidad, picardía, control de balón y sentido del juego. Antepone la anticipación al choque y juega con inteligencia consciente de sus limitaciones físicas. Con un perfecto manejo de ambas piernas, le gusta partir desde un costado para desplazarse hacia el centro. Está más cómodo dando el último pase que ejecutándolo, pero ve puerta con relativa facilidad.

Su rendimiento es todo una incógnita por aquella condición de novato, pero llega avalado por una historia exitosa. Debutó en Riazor hace tres años y tuvo apariciones intermitentes en el Villarreal de Riquelme. En una de ellas se estrenó en la Champions en San Siro ante el Inter. Se fue cedido al Recre, donde dio con Marcelino, y allí se consolidó protagonizando una magnífica temporada. El conjunto castellonense lo recuperó por petición de su principal valedor, Pellegrini, y se hizo con un puesto fijo en el once.

Ahora le llega su turno en la selección. Parte como una opción de garantías para cualquier centrocampista, si bien parece que Luis tiene intención de darle la banda derecha. Su momento puede llegar cuando España necesite aguantar un resultado, mantener la posesión y, por qué no, con su chispa e ingenio para desatascar algún encuentro.