Le Mans (Francia), E. P.

El circuito francés de Le Mans suele ser territorio propicio al motociclismo español. Allí, por ejemplo, se logró un triplete histórico en 2003, pero ayer la «Armada» hubo de conformarse con un único éxito en la figura del veterano Alex Debón en 250, y a los podios de Nico Terol en 125 y, sobre todo, de nuevo un espectacular y magistral Jorge Lorenzo en MotoGP, donde el italiano Valentino Rossi demostró que vuelve por sus fueros y arrebató el liderato a Dani Pedrosa.

Las tres poles del día anterior (Gadea, Debón y Pedrosa) no fueron suficientes para hacer sonar el himno español en las tres cilindradas, y sólo el castellonense pudo sonreír plenamente, por primera vez a sus 32 años, tras una acertada elección de neumáticos.

La categoría reina del motociclismo confirmó el regreso del heptacampeón del mundo. Rossi, vencedor en Shanghai, dominó con autoridad una carrera de color de las Yamaha, que coparon las tres plazas del podio.

Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa, por su parte, fueron la cara y la cruz del día. El mallorquín estaba décimo tras la salida y, pese a tener los tobillos destrozados y las caídas sufridas viernes y sábado en los entrenamientos, arriesgó lo indecible para realizar una gran remontada y hacerse con la segunda plaza del cajón.

El catalán, en cambio, empezó muy bien y se mantuvo a la estela de la gran salida de Casey Stoner, encargado de tirar con fuerza y que se llevó también a Colin Edwards y a Rossi. Éste vivió dos bonitos duelos con el español y el actual campeón del mundo, pero cuando les superó puso rumbo a la victoria sin inmutarse siquiera con la aparición de la lluvia. Por su parte, Lorenzo iba superando rivales hasta sobrepasar a Pedrosa, que no pudo seguir el ritmo y vio desde la cuarta posición el podio de las Yamahas pilotadas por Rossi, Lorenzo y Edwards.

El español que ayer subió a lo más alto fue el veterano Alex Debón, que logró en el cuarto de litro la primera victoria de su carrera, a sus 32 años. El castellonense acertó al poner neumáticos de seco y no encontró problemas para hacerse con la victoria dominando de principio a fin.

Por detrás, Julián Simón tuvo muchas opciones para acabar en el podio, pero las gomas le traicionaron y se quedó relegado a la octava plaza. Los italianos Simoncelli y Pasini fueron finalmente quienes escoltaron a Debón en el cajón, y el finlandés Mika Kallio, quinto, mantiene con comodidad el liderato de la general, con Debón en la tercera plaza.

En 125, finalmente, se vivió la carrera más ajetreada por culpa de la lluvia, que obligó a detener la prueba, que se decidió a cinco vueltas. Hasta la suspensión, un grupo de ocho pilotos optaba a la victoria, entre ellos los españoles Terol, Gadea, Olivé y Espargaró. Sin embargo, tras la suspensión, sólo el primero tuvo opciones.

Con el nuevo guión, el francés Di Meglio y el inglés Smith fueron los que mejor se adaptaron a las condiciones de la pista, y el galo lograba al final acabar con la maldición de los pilotos franceses en Le Mans, donde llevaban casi 30 años sin saborear una victoria.