mallorca 3

zaragoza 2

Palma,

Patricio LAGOMARSINO

El Mallorca apuró hasta el final sus opciones de disputar la Copa de la UEFA (lo impidió la victoria del Racing ante el Osasuna), y lo hizo a costa de un Zaragoza que vuelve a Segunda tras caer 3-2 en el Ono Estadi, en una tarde de tragedia y drama para los aragoneses.

Los dos goles del brasileño Oliveira no fueron suficientes para impedir el hundimiento de un Zaragoza que luchó hasta el final, pero que se encontró con un rival muy motivado, que acarició el sueño europeo hasta los instantes finales del partido.

Al final, ni Mallorca ni Zaragoza vieron colmadas sus expectativas. Pese a que el conjunto balear sumó ayer su sexta victoria consecutiva en la Liga, se ha quedado a las puertas de la UEFA, y en las filas aragonesas el desánimo cundió al final del partido.

El gol de Daniel Güiza, con la colaboración involuntaria de Sergio Fernández, supuso un punto de inflexión en el partido, que hasta ese momento disputaban dos equipos más preocupados por hacer las cosas bien, no fallar, que por buscar con determinación la portería rival.

El 27.º gol de Güiza, máximo realizador de la Liga, con el que igualaba el registro de Salva Ballesta en la temporada 1999-2000, situaba al Mallorca en la Copa de la UEFA (el Racing empataba ante el Osasuna), y al Zaragoza directamente en Segunda. Todo ello, con una lluvia incesante, un campo resbaladizo y un rival bien situado atrás, esperando el momento de sentenciar, dibujó un panorama muy complicado para los visitantes.

El Mallorca se limitó a lo suyo, es decir, a controlar el balón y buscar la velocidad del camerunés Webó, la puntería de Güiza y el disparo siempre peligroso del venezolano Juan Arango, que estrelló en el palo un remate en el minuto 22.

El Zaragoza presionó bastante, pero no logró crear ocasiones claras de gol, con excepción de un fallido remate del argentino Aimar que no encontró la manera de darse la media vuelta para atrapar un balón suelto en el área balear.

Bien marcados Oliveira (que sustituyó en la alineación inicial a Matuzalem, lesionado en el precalentamiento) y Diego Milito, el equipo de Manolo Villanova lo intentó por las bandas, a través de Sergio García y Pablo Aimar, pero sin mucha fortuna.

Cuando el Mallorca más apretaba para ampliar el marcador, Oliveira cabeceó con maestría para empatar el partido, resultado que cambió todo el panorama. Pero eso duró diez minutos, cuando Webó (min 65), también de cabeza, volvía a situar a su equipo por delante.

Con el partido totalmente roto, en los instantes finales marcaron el uruguayo Gonzalo Castro, que había sustituido a Webó, y de nuevo Oliveira. Pero el público ya sabía que había marcado el Racing y que el sueño europeo era una quimera.

En el Zaragoza, asimismo, sus jugadores se desplomaron sobre el césped nada más finalizar el partido. Estaban en Segunda, y nada ni nadie los podía consolar en esos momentos.