Oviedo

El partido del domingo en el Bernabeu cerró la Liga 2007-08. Mientras los jugadores del Real Madrid se dirigían al centro del campo para corresponder a los aplausos de sus seguidores e iniciar la gran fiesta por la consecución del 31.º título, y los del Levante emprendían el camino del vestuario y de Segunda tras un año de penurias deportivas y económicas, Rafa Guerrero, el auxiliar más mediático del fútbol español, ponía punto y final a su carrera en el arbitraje.

Después de 315 partidos en Primera División y otros tantos casi en competiciones internacionales, Guerrero abandona la actividad que lo ha mantenido como parte del escaparate del espectáculo deportivo. Nunca antes que él un linier había sido tan conocido por el gran público.

Rafa Guerrero tuvo ocasión de vivir su momento particular dentro de la gran fiesta del campeón. El leonés, de 45 años, cuelga el banderín que lo ha proyectado más allá de lo habitual para un juez de línea. En medio del jolgorio de la afición madridista, que celebró el título de la Liga en medio de un ambiente de euforia y de color, el asistente ponía fin a su ciclo. Emocionado y entre lágrimas, el tantas veces criticado Guerrero también recibía los aplausos de la afición del Bernabeu y el abrazo de varios jugadores. Uno muy especial: el de Raúl González. «Te vamos a echar de menos», le dijo el capitán madridista, quien en el vestuario entregaría posteriormente a un emocionado Guerrero una camiseta del Real Madrid con su nombre y el número 1 a la espalda.

Rafa se despidió en el Bernabeu en un duelo sin nada en juego, apartado del riesgo con el que solía disfrutar en sus intervenciones. Algunos fueras de juego de Van Nistelrooy le dieron cierto protagonismo. Pero más el tercer tanto blanco, una jugada en la que los jugadores del Levante pidieron fuera de juego. Rafa no dudó. Como siempre. Y se fue al centro del campo para dar validez al gol.

Guerrero tuvo una despedida tranquila, muy distinta de lo ocurrido hace doce años en La Romareda en un Zaragoza-Barcelona en el que el leonés asistía desde la banda al asturiano Mejuto González. Entonces surgió de la boca de Mejuto aquel ya histórico «Rafa, no me jodas» tras una indicación suya que favoreció a los azulgrana y captó la televisión. «Penalti y expulsión del seis». En ese momento nació el linier más mediático del fútbol, que llegó a protagonizar anuncios de televisión y a inspirar una película de cine («Salir pitando»).