Oviedo, Mario D. BRAÑA

Marcelino García no es masoquista, pero ayer le dolía todo el cuerpo y era feliz. Son las secuelas del mayor éxito de su carrera como entrenador profesional, y eso que cada año se supera. Las celebraciones habían postrado al técnico asturiano en el sofá a media tarde, a la espera de continuar con el programa de actos. Lo lógico al tratarse de la primera clasificación de la historia del Racing para jugar en Europa. Ahora Marce y sus ayudantes, los también asturianos Rubén Uría e Ismael Fernández, se debaten entre dos opciones: traspasar fronteras con el Racing o descansar la próxima temporada.

Cuando acabó el partido frente a Osasuna, los jugadores del Racing mantearon a su entrenador, como homenaje al hombre que les ha puesto a vivir. «Los chavales son de confianza y no me tiraron al suelo», bromea Marcelino, encantado con el grupo que le ha tocado dirigir. La celebración tuvo muchos detalles emotivos, pero el técnico de Careñes reconoce que se le escaparon «unes lagrimines» cuando se abrazó con su hijo Sergio, uno de los primeros en invadir el césped de El Sardinero.

Fueron unos instantes de euforia desatada tras muchas horas de tensión. Marcelino García durmió poco y mal la noche anterior al partido y la espera se hizo más larga por el retraso de una hora para coincidir con el partido de Mallorca. Después, 90 minutos más de sufrimiento porque el Racing tardó 85 en marcar el gol que necesitaba para asegurar la UEFA: «No fuimos nosotros. Estuvimos muy pesados, no jugamos como solemos y nos costó crear oportunidades».

Tras la celebración en el campo, la plantilla racinguista recibió el primer homenaje ciudadano, en el Ayuntamiento, donde hubo vítores para todos y se cumplió la tradición de la multitud cantando «La Fuente de Cacho», una especie de himno no oficial del club racinguista que Marcelino sólo tararea.

Por la tarde fue el turno del Gobierno cántabro, con el presidente, Miguel Ángel Revilla, ejerciendo de nuevo de forofo racinguista. Hoy toca la ofrenda a la Virgen de la Bien Aparecida y otros compromisos que, en principio, cerrarán las celebraciones por la clasificación para la UEFA.

Después, probablemente mañana, Marcelino García se sentará a negociar con el presidente del Racing, Francisco Pernía, su continuidad. Tras romper el principio de acuerdo que había alcanzado con el Valencia y descartar otras opciones, como la del Zaragoza por el descenso a Segunda, el entrenador asturiano sólo considera dos posibilidades: renovar por el Racing o tomarse un año de descanso.

Seguirá en Santander hasta el final del curso escolar y pasará los fines de semana en su casa de Careñes. Aprovechará para seguir el final de temporada del Sporting, que espera que le dé motivos para otra celebración.

Para seguir en el Racing, Marcelino quiere un proyecto deportivo de garantías. Porque varios de sus jugadores se han revalorizado y son objetivo de los grandes. Como el defensa argentino Garay, que ya ha fichado por el Madrid. Marcelino apunta que «pese a ser muy joven, 21 años, tiene buenos fundamentos y mucho margen de progresión. Es poderoso en el juego aéreo y le pega muy bien al balón. Es inteligente y domina muy bien el espacio. Por dar referencias, es un futbolista que se parece más a Fernando Hierro que a Alkorta».