Avilés, I. URÍA

La plantilla blanquiazul ha hecho de la autocrítica el mejor remedio para olvidar una temporada plagada de sinsabores y en la que, semana tras semana, se diluyeron poco a poco las opciones de luchar por el objetivo que se había marcado al inicio. Ante la dificultad de destacar algo positivo en el apartado deportivo, los futbolistas coincidieron en señalar el compañerismo como el clavo ardiendo al que se agarraron en los momentos más bajos. Esa unanimidad también se manifestó a la hora de calificar la campaña: la plantilla se otorga un 3,5 de media.

l Goyo. El capitán no duda en afirmar que lo mejor de la temporada 2007-2008 es «que ya acabó». El defensa ovetense se perdió los tres últimos meses de competición a causa de una lesión en un pie y durante su ausencia no pudo consolarse con los resultados de sus compañeros en el terreno de juego. «Lo peor de esta campaña fue el rendimiento del equipo y la clasificación final; en general, el año que hicimos. Todos tenemos culpa, club, entrenador y jugadores, pero la plantilla no cumplió con las expectativas del principio del curso», asegura el lateral, que no duda en ser duro con el equipo y darle una nota media de 2,5.

l Dani Gala. El defensa moscón se muestra satisfecho con su continuidad en el once blanquiazul después de un inicio de temporada irregular, y en el plano colectivo defiende el sentimiento de equipo que el vestuario blanquiazul mantuvo durante toda la temporada. Lo peor para Gala es mirar la clasificación y ver al Avilés en el 11.º puesto. «Vivimos situaciones muy difíciles, sobre todo el cambio de entrenador, los comentarios cuando no sacábamos los partidos y todo lo que se dijo de las salidas nocturnas», explica el joven zaguero. Su calificación final es la más benévola: un 5. «Aprobado, pero raspado, ¿eh?», bromea.

l Valero. El gijonés, uno de los jugadores que seguramente no continuarán en el Avilés la próxima temporada, se llevaría consigo la unión de la plantilla en una campaña que se distinguió por la proliferación de momentos duros. «Lo mejor de todo fue la amistad», subraya. En el lado negativo de la balanza, el central coloca en primer lugar la lesión que le obligó a perderse prácticamente la totalidad del curso, y las de muchos de sus compañeros. «Está claro que no cumplimos con las expectativas que habíamos generado. El Avilés podría haber estado más arriba, pero es que tampoco contábamos con equipo para luchar por la liguilla», señala. Su nota global a la campaña que terminó el pasado domingo es un 4.

l Pablo López. «De este año salvaría la plantilla», afirma el lateral. Sobre el resto de elementos que confluyeron en la temporada, el de Trubia tiene una opinión muy definida. «Podía ocurrir que no nos metiéramos en la liguilla, pero es que empezamos la campaña a contrapié. El equipo nunca estuvo bien, salvo al final de la primera vuelta, cuando encadenamos buenos resultados. Incluso en la pretemporada ya hubo nerviosismo, porque nos goleaba el Siero o el Uni, y luego, entre las lesiones y sanciones, en los últimos tres meses cundió la desmotivación en el equipo», resume el defensa, que opta por un medido 4 como calificación global.

l Iván Miranda. El defensa llegó al Avilés a mitad de temporada con el único objetivo de olvidar la complicada situación por la que pasó en el Astur. «En este equipo volví a pensar sólo en lo que tenía que pensar: el fútbol», afirma. El zaguero reconoce que en el plano deportivo las cosas se torcieron pronto, pero apunta que, a pesar de que las circunstancias eran adversas, prevaleció en todo momento la unión en el grupo de jugadores. El zaguero echa la culpa de la decepcionante clasificación final a que «semana tras semana, cosechábamos malos resultados y se hacía muy difícil ir a entrenar con motivación». Miranda coincide con Pablo López y Valero a la hora de valorar el pésimo año: «Vamos a dejarlo en un 4, al aprobado no llegamos seguro», indica.

l Héctor. El ariete avilesino asegura que la plantilla respira aliviada desde que el pasado domingo puso el punto final a la competición. «Lo mejor es que se haya acabado», insiste. El delantero señala que, a pesar de acercarse a sus números habituales en el sprint final, está disconforme con su rendimiento. La clave para que la temporada se desarrollara con problemas continuos, según Héctor, estuvo en que el equipo perdió de vista el objetivo demasiado pronto. «Todo el mundo tiene la culpa: el entrenador, la directiva y, sobre todo, yo creo que los futbolistas. Muchos jugadores importantes para el equipo no estuvieron a su nivel habitual, y se notó». Las bajas por lesión y la marcha de jugadores durante el curso también fueron, según el delantero, determinantes para que el Avilés haya acabado en una posición alejada de lo esperado. Por todo ello, el ariete le concede un significativo 3 de media al rendimiento del conjunto blanquiazul.

«Todos tuvimos culpa del resultado: el club, el entrenador y los futbolistas»

«Fue difícil el cambio de técnico y los comentarios sobre las salidas nocturnas»

«Entre lesiones y sanciones, los últimos meses cundió la desmotivación»

«Muchos jugadores importantes no estuvieron a su nivel y se notó»