Montecarlo (Mónaco),

Á. FAES, enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

El glamour y el lujo del Principado de Mónaco no le entró por los ojos a Íker Casillas. Había que verlo como experiencia iniciática, pero no acabó de conquistarle. Un tipo llano como el portero del Real Madrid prefiere Navalacruz, su pueblo. Hoy ya no está en Montecarlo y sí en la localidad abulense que le vio crecer. Esta noche hay fiesta grande. No celebran a la patrona, pero casi. Es el cumpleaños de Íker, que paga una fiesta por todo lo alto. Verbena con sus amigos de chaval, su cuadrilla de travesuras infantiles. Otro festejo más para el «Zamora» de la Liga tras su visita de ayer a la Fórmula 1. A partir del lunes ya no habrá más jarana. Toca concentrarse con la selección para la Eurocopa.

En el vestuario del Bernabeu la afición por los coches es casi enfermiza. Guti, Salgado, Ramos y antes Roberto Carlos eran habituales de los circuitos. También a Capello, ferrarista, como buen italiano, le tiraban los monoplazas. A Casillas, más que la afición, le picaba la curiosidad. Y si ayer se llegó hasta Mónaco fue más bien por una cuestión de amistad. El portero tuvo una jornada muy distinta a la de los típicos invitados. Compartió el día con Alonso de principio a fin. Comió con el asturiano en la caravana de la escudería y siguió los entrenamientos desde el garaje, cascos en la cabeza y escuchando la radio del equipo.

La relación se estrechó la pasada Navidad, cuando el piloto participó en un partido benéfico que organizó Casillas. Poco después, Luis García Abad, representante de Fernando Alonso, pasó a hacerse cargo de los asuntos profesionales del guardameta. De ahí nació la visita de ayer al paddock de la Fórmula 1, envuelta en la máxima discreción. Intentaron huir de las cámaras y, aunque Alonso y Casillas abandonaron el circuito al tiempo, salieron cada uno por su lado. Se trataba de una visita de ámbito privado, nada que ver con los famosos que pisan el paddock con la promoción como única meta. De momento, ni Casillas, ni Alonso la necesitan.