El miércoles el fútbol inglés dio otro paso para meterse en los hogares de los aficionados españoles. Las cifras de la audiencia de la final europea desvelan que la atención sobre el encuentro de Moscú fue enorme. La final no fue el partido del año, pero fue un buen espectáculo como cabía esperar de la categoría de los equipos. Los dos se jugaron el título inglés hasta el minuto final y disputaron el europeo hasta más allá del minuto final. Pasó lo que tenía que pasar porque la historia se impone a la novedad. El Chelsea se estrelló con la suerte del campeón.

El fútbol hay que verlo en el campo, aunque la televisión ofrece instantes que quizá se pierdan desde la grada. La final de Moscú se recordará por el resbalón de Terry, el gran capitán de los azules. Formidable jugador, que sufrió el mal césped moscovita en el peor momento: cuando iba a marcar el penalti del título. Van der Sar a una lado y el balón al contrario, perfecto. Pero el resbalón provocó que el balón saliera fuera. Y vuelta a empezar.

Ganó el Manchester y llegaron los tres instantes: Cristiano Ronaldo llorando en el césped, no se sabe si por la emoción del título o por la rabia del fallo individual. Más parecía lo segundo, lo que no sería un buen síntoma porque indicaría que el individuo se coloca sobre el conjunto. Segundo instante: Bobby Chartlon, pura historia del fútbol, baja al césped para felicitar a sus sucesores por el tercer título europeo. Pasa entre todos los jugadores y no para hasta que llega hasta Ferdinand, el capitán, al que abraza. El rito de la capitanía, tantas veces olvidado pero que un sabio no dejó de lado. Tercer instante: Terry llora a lágrima vida sobre el hombro de Grant, el entrenador ninguneado por los admiradores de Mourinho. El inglés busca el hombro de su jefe y éste sabe a quién consolar. El israelí parece mejor entrenador de lo que dicen algunos en Londres o Lisboa. En medio año ha llegado a dos finales y, como buen novato, las ha perdido.

Los ingleses suelen salpimentar con grandeza las grandes ocasiones. Pero el miércoles queda atrás. Ahora hay que saber qué va a pasar con el precio del petróleo, con «Mansín» y con «Furaco», con la última película de Indy Jones, con la crisis del partido de don Mariano y con los resultados de Sevilla, Santa Cruz de Tenerife y Vitoria, vitales para que el Sporting salga en la próxima temporada en la sección de deportes de la CNN de Atlanta. Pero, sobre todo, hay una cuestión capital a resolver con la máxima urgencia: ¿Ha cenado o no ha cenado Anita con George Clooney en Cannes? He ahí la gran cuestión nacional a la que se dedican los mejores cerebros.