Albacete,

J. M. FELGUEROSO,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

El Caravaca espera conseguir hoy un buen resultado en su enfrentamiento al Oviedo. Tanto Gabi Correa como sus jugadores son conscientes de que la papeleta no va a ser fácil, pero por ganas no va a quedar.

El técnico uruguayo, que dirige al equipo desde hace tres meses, realizó ayer por la mañana la última sesión preparatoria a puerta cerrada. No quiere dar pistas a nadie. El técnico cuenta con toda la plantilla a su disposición, menos con Álvaro Luquín, lesionado de gravedad y que será el único que se perderá el encuentro.

En un principio, la posible alineación que presente el conjunto caravaqueño estará formada por: Ginés; Dioni, San José, Gurtubai, Manu, Josebi, Vilaseca, Pelusa, Juanmi, Parches y Petu, aunque a lo largo del encuentro y según vaya todo, Elías, ídolo local pero que se lesionó de gravedad en el mes de septiembre, podía tener su oportunidad.

Se cree que el campo municipal de El Morao registre una de las mejores entradas de su historia, parecida a cuando visitó al conjunto local el Espanyol en la Copa del Rey, con José Antonio Camacho en el banquillo.

Los aficionados locales confían en su equipo, pero, por si acaso, también han pedido ayuda a la famosa Cruz de Caravaca. Por ello, ayer, el alcalde de la ciudad, Domingo Aranda, juntamente con José Luis Castillo, hermano mayor de la Cofradía de la Santísima y Vera Cruz, colocó una de ellas en el vestuario local para que «ayude» al equipo. Todo está a punto para que la formación caravaqueña intente dar la sorpresa.