Gijón, Víctor RIVERA

Unas horas después de llegar a Gijón, David Barral seguía dándole vueltas a la jugada que pudo cambiar el futuro inmediato del Sporting. «Tuve la gloria y se me escapó», concluye el gaditano, que confiesa que ha visto «mil veces» la ocasión de que dispuso para haber certificado la victoria en el tiempo de descuento. «No pude finalizarla», se lamenta el ariete del Sporting.

Barral tiene fresca en la memoria la ocasión que pudo cambiarlo todo: «Fue una jugada de Omar en la que un jugador rompe el fuera de juego y yo me planto solo ante el portero. Levanto la cabeza porque pensé que estaba Bilic solo y al volver a mirar hacia la portería ya tenía al portero encima». El delantero gaditano ahonda en su explicación reconociendo que «la verdad es que definí, porque lo más normal en mí hubiera sido intentar regatearlo».

Tarantino se quedó enganchado en la banda contraria rompiendo el fuera de juego. Barral aprovechó la circunstancia y se fue como un obús hacia Bernardo, pero acabó estrellando el balón en el pecho del portero. «Quise colocarla, pero creo que lo mejor que podía haber hecho era regatearlo porque estaba vendido», explica.

El gaditano cree que la importancia de esta jugada se magnifica por haberse producido en el tiempo de descuento. «Fue en el último minuto y nos queda un mal sabor de boca, pero hay que pensar que ellos tuvieron muchas más ocasiones y más claras y no las marcaron, así que nos tenemos que ir contentos», puntualizó. Cuando se le pregunta por las causas que provocaron su fallo Barral aclara que «hay muchos factores que actuaron en contra. Las ganas, el querer marcar, los nervios del momento? lo más normal era haberlo regateado, pero no tuve la rapidez mental de pensarlo».

Barral reconoce que dudó entre pasarle el balón a Bilic y definir él mismo y cree que esa indecisión acabó jugando en su contra: «Creí que Bilic estaba solo y se la iba a dar, pero como lo vi marcado dudé. Y al dudar, se me rompió la jugada». El de San Fernando reconoce que Bilic le pedía el balón, pero «he visto mil veces la jugada por la tele y siempre le veo marcado. Cuando vi que tenía un jugador al lado decidí no dársela».

El que sí entró fue el disparo de Bilic que fue invalidado por Iglesias Villanueva. Barral restó importancia a esta jugada porque el árbitro había pitado con anterioridad. «Te da coraje porque no es falta, pero hay que estar tranquilos porque pitó antes de que tirase y la jugada no valía», dice.